Hoy, 4 de enero, se cumple un año del feminicidio de Valentina Gallina, la joven de 19 años asesinada en el barrio Isaura por su novio el verano pasado. Aquel día, cuando los efectivos policiales -después de una llamada al 911- arribaron a la casa ubicada en Calle 108, se encontraron con la joven arrastrándose ensangrentada por el living de la vivienda. Valentina fue llevada al hospital, donde murió ese mismo día.
El crimen del que fue víctima la joven contaba con un antecedente inmediato: su madre, Verónica Cazola, también había sido asesinada de cinco cuchillazos por su pareja en el año 2008 -cuando valentina tenía 8 años- y su caso ya se tomaba como un importante referente en la lucha contra la violencia de género: en su honor se creó la “Casa Popular Valeria”, espacio concebido para asistir a víctimas de este tipo de violencia.
El día del crimen la policía fue recibida por Alejandro Diego Pais, el novio de Valentina, quien le dijo a los efectivos que un grupo de personas habían ingresado a su casa armados, los habían baleado y que un disparo le había dado a su pareja. La mentira se sostuvo un corto tiempo, hasta que la Justicia desestimo el relato, ya que no había ningún disparo en el cuerpo de la víctima. El veredicto final lo señaló como el autor del crimen, por lo que fue acusado de “homicidio triplemente agravado”. El cuerpo de la joven mostraba signos de haber sido salvajemente golpeada y, aparte, presentaba cortes en la cara y el cuello. A los golpes y heridas que le causaron la muerte se le sumaban otras más antiguas, por lo que los médicos que realizaron la autopsia confirmaron la existencia de violencia previa, hecho que fue confirmado por las declaraciones de vecinos y amigos de la víctima.
Fue el fiscal Christian Urlézaga quien detectó que el relato del femicida no coincidía con las pericias sobre el cuerpo de la joven, y fue ahí cuando Hosanna Cazola, prima de Valentina, se lanzó a buscar testimonios de otras chicas que fueron víctimas del mismo violento, y se sumaron, por lo menos tres denuncias, contra él en la justicia.
Las repercusiones del hecho fueron grandes: el caso de Valentina llegó a los medios nacionales, se creó una Mesa local para tratar la problemática y se realizó una multitudinaria marcha en la que se pedía al Municipio la declaración de la emergencia por violencia de género, que terminó concretándose en el Concejo Deliberante.
Hoy, a un año del crimen, continúan las preguntas sobre la responsabilidad estatal en el tratamiento de los crímenes de género, la asistencia de los sectores vulnerables y en la forma en que socialmente se construyen masculinidades.
“Vivimos este aniversario con tristeza, yo en lo personal todavía no dimensiono que ya haya pasado un año, para mí es como si hubiese sido hace unos meses que nos enterábamos, un poco antes del mediodía, que Valentina estaba grave, y al pasar la media hora nos enteramos que había fallecido y un tiempo después que había sido un feminicidio, que había sido su pareja la que la había asesinado, así que fue un día horrible, de mucha tristeza, en el cual todas las personas que transitamos casa Valeria estuvimos juntos, unidos”, contó Alex Herrera, referente del espacio, amigo y compañero de lucha de la joven. Desde ese día en adelante, la memoria de Valentina se trasformó en un referente de la violencia de género y una muestra de cómo la falta de políticas públicas orientadas a revertir la situación puede costar vidas.
“Tenemos muy presente esa histórica movilización que hubo a los pocos días, y hoy, más allá de la tristeza y la angustia que nos genera, nosotros levantamos la bandera con la sonrisa de Valen, con la personalidad de Valen, como compañera, como amiga, es un estandarte y una bandera en nuestra lucha contra la violencia de género y en la lucha feminista, sin duda”, manifestó Herrera, quien agregó que hoy a las 18 diferentes miembros de la organización y familiares de la víctima van a estar realizando un mural en Cerrito y José Luis Torres.
“Ayer fuimos a fondear y hoy vamos a seguir pintando, lo acordamos con familiares de Valentina, con el padre, con los abuelos, con sus hermanos, a los que nos hemos acercado bastante. Va a ser una ilustración de Valentina y va a tener algunos números, el 144, el número de guardia de la Dirección de Políticas de Género, y van a estar ahí sus familiares, algunos compañeros de la organización, amigos, amigas”, señaló el activista.
Mientras tanto, tanto familiares de la joven como desde la institución en sí aguardan la fecha del juicio oral y público, “que todavía no está pero que estamos esperando cuanto antes para que se haga justicia”.