Una de las huellas de zapatilla que parecieron en las pericias realizadas en el rostro Fernando Báez Sosa, quien fue asesinado a la frente a un boliche de Villa Gesell el 18 de enero, luego de que propiciaran una golpiza con puño y patadas a golpes de puño y patadas, corresponde a la zapatilla del rugbier Máximo Thomsen detenido, según informaron hoy fuentes judiciales.
Las pericias scopométricas realizadas en el laboratorio de la Policía Federal Argentina de Mar del Plata, una de las dos huellas en el rostro del Fernando corresponde a una zapatilla “Cyclone”, que a su vez coincide con las huellas de pie tomadas al rugbier Thomsen, así lo detallaron voceros.
Las pericias sobre los calzados de los jóvenes detenidos por el asesinato, ocurrido el 18 de enero frente al boliche Le Brique, comenzaron el pasado 29 de mayo en el laboratorio de la Policía Federal Argentina (PFA) en Mar del Plata.
Al momento de la detención en la casa que alquilaban los acusados en Gesell, se les confisco el calzado tomado como evidencia para comparar con la hallada en la cara de Báez Sosa, y a partir de esa comparación, determinar a su vez a quién de ellos pertenece el calzado.
La fiscal de la causa, Verónica Zamboni, quien es la titular de la Unidad Funcional de Instrucción 5 de Gesell ordeno que se tomen nuevas pruebas de las huellas plantares de los ocho detenidos de la causa, con el objetivo de poder determinar el tipo de pisada y así saber cuál es el dueño de la zapatilla que impactó la cara de Fernando.
Los resultados confirmaron que todo pertenece a Máximo Thomsen (18), que junto a Ciro Pertossi (20), Luciano Pertossi (18), Lucas Pertossi (21), Enzo Comelli (20), Matías Benicelli (20), Blas Cinalli (19) y Ayrton Viollaz (21), están imputados como coautores del delito de “homicidio agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas”. Además, están acusados como “partícipe necesario” Juan Pedro Guarino (19) y Alejo Milanesi (19), quienes fueron excarcelados.
De esta manera, no siendo la única marca encontrada durante la autopsia al cuerpo de Fernando, otra impresión de calzado fue detectada, pero los investigadores descubrieron que era muy pequeña en tamaño, con falta de información para ser analizada. De todos modos, no hubo problemas en detectar el rastro que Thomsen dejó en el cuerpo: la marca era lo suficientemente grande como para asegurar un resultado.
A más de cinco meses del asesinato de Fernando, faltan todavía las pericias psicológicas y psiquiatrías pedidas por el juez de Garantías de Villa Gesell, David Mancinelli, para los detenidos, que esperan realizar al terminar la cuarentena por coronavirus, ya que estas se habían programado entre el 13 y el 24 de abril en la Asesoría Pericial de La Plata, pero fueron postergadas y por el momento no tienen fecha prevista.