Ignacio Cerdera
@nachocerdera
“Nunca pensé que era un robo o algo por el estilo”, repitió una y otra vez Pablo Palahy desde el centro de la sala. Su intervención solo se vio interrumpida por unos segundos cuando la tensión le había resecado la garganta y no le quedó otra que pedir por un vaso de agua. Tomó aire y siguió con todo lo que tenía para decir.
Se trató no solo del hermano del comerciante asesinado, sino también la cara visible del reclamo y quien desde hace casi tres años viene siguiendo todo de cerca para que Fernando y toda su familia obtengan, aunque sea, el alivio de la justicia.
“Tenía un pequeño soplo”, narró mientras intentaba explicar lo que pensaba aquel junio del 2016 cuando un amigo le dijo que “algo grave” había pasado con su hermano. Se dirigió al almacén de barrio Trabajadores y lo primero que sospechó fue un problema cardíaco, algo que años antes les había arrebatado a su padre.
Recién en el hospital municipal y con la confirmación de la muerte de Fernando fue que comenzó a conocer lo ocurrido. “Jamás se me ocurrió esto, pensé que era algo menor”, narró antes los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal N.º 1.
Su testimonio fue seguido atentamente por más de una decena de familiares y amigos que poblaron el sector destinado al público. Los acusados, también en la sala, oyeron cada palabra vertida por Palahy.
No menos interesante fue lo declarado con respecto a los datos que fue cosechando estos años a través del diálogo con vecinos, policías y familiares. “En el velorio nos dijeron quiénes eran los autores”, expresó. “Ese día preguntó si mi hermano ´estaba regalado´ y después fue”, narró segundos después. También dio cuenta de cómo una sobrina había conocido el nombre de los acusados a través de publicaciones en redes sociales y mensajes recibidos vía Whats App.
Sin embargo, tal cual quedó expuesto antes las preguntas de los jueces y los movimientos de la defensa para anotar ciertas intervenciones, no fue pasado por alto que todas esas aseveraciones fueron construidas a partir de dichos de terceros. Vale destacar que ambos defensores oficiales ya anticiparon que su estrategia será demostrar que no hay elementos concretos de acusación contra Walter Ariel Leal y Alejandro Diego Pais
Cámara Gesell
Es por esto que cobra especial relevancia el testimonio de la única persona que ese mediodía vio los hechos. Pero lo que carga todo de aún más dramatismo e incertidumbre es que se trata de una persona con síndrome de down, es por ello que contará lo visto a través de cámara Gesell y con su madre en una suerte de intérprete debido a su dificultad para hacerse entender.
Esa declaración no se realizó durante la etapa investigativa diversos a distintos planteos y negativas que nunca pudieron ser saldadas hasta hoy. Esta declaración marcó la primera interrupción de la jornada, al menos para el público e Infoeme, único medio presente en la sala. Los jueces y las partes debieron acercarse al Juzgado de Responsabilidad Juvenil donde escucharán los dichos de la testigo.
Algo, igualmente, ya fue anticipado por su padre, que fue el segundo testimonio de la jornada. Si bien planteó cierta incertidumbre, o más bien incomodidad, comenzó a soltarse con el correr de los minutos y arrojar ciertas precisiones. “Nada más que eso”, “tengo poco para decir”, se lo escuchó declarar al principio.
Sin embargo añadió luego que su hija estuvo en la escena de los hechos y vio dos personas de “pelo cortito”. Una de campera negra y otro de campera azul, pero este último como la única persona armada y que entró al comercio, mientras que el restante siempre estuvo a bordo de la moto.
También dijo que su hija reconoció la moto. Ahora restará conocer si todo esto fue revalidado por su hija, una incertidumbre que recién será respondida con el cierre del juicio.