Yesica Guevara
@yesicaguevara29
Talco, harina, papel picado y serpentina. Faroles confeccionados de forma artesanal se encontrarán suspendidos sobre el espacio donde se va a desarrollar el “Carnaval Abajeño” de la Mutual Los Sikuris.
Como la mayoría de los carnavales barriales de Olavarría que se han instalado y sostenido en el tiempo, esta fiesta cuenta una historia. Es la quinta edición de una celebración que comenzó en un local alquilado en el barrio Obrero y continuó en la sede de la Asociación Mutual de Arte Popular "Los Sikuris", ubicada en Mendoza 1932, en el barrio Villa Mailín.
Atilio “Guyi” Mieri, uno de los referentes de la agrupación habló con Infoeme y contó que se encuentran trabajando mucho para este evento que se desarrollará el 23 de febrero a partir de las 20 y en el que actuarán Campero Campero, Viajeros, Herederos, Che Diablera y Sambos Caporales.
“La gente se engancha, es un ambiente muy familiar, no vendemos bebidas alcohólicas. Van los chicos, se disfrazan de diablitos, juegan con harina, la gente baila, se divierten en definitiva”, aseguró recordando la experiencia de los carnavales anteriores.
La propuesta de la Mutual de Arte fue novedosa para nuestra comunidad y tiene que ver con los viajes realizados por los integrantes del Proyecto Sikuris a Jujuy. Se festeja el Carnaval siguiendo la tradición de la Quebrada de Humahuaca.
“Creemos oportuno que la gente conozca esta costumbre, porque a pesar de que parece lejana en el tiempo y en el espacio, es una costumbre argentina, que está presente en todo el noroeste argentino, que tiene íntimas influencias de los países hermanos de Bolivia y Perú y que involucra un conjunto de valores que sería importante retomar como el cuidado de la naturaleza y la vida en comunidad”, afirmaron como premisa fundamental.
Durante el carnaval los deseos reprimidos se liberan y los preceptos morales son dejados de lado, porque quien manda es el Pujllay.
El festejo se inicia con el desentierro del Pujllay que imita a un diablo, pero no se trata del representante del mal (como lo indicaba la Iglesia Católica) sino que simboliza para las comunidades andinas al sol, encargado de fecundar a la Pachamama para que de buenos y abundantes frutos.
En Olavarría hay un público que circula por los carnavales barriales. “Nosotros lo vemos porque también vamos circulando por los distintos festejos. Incluso este año hicimos un laburo en conjunto con Macondo, una obra de teatro en base a una idea y algunos textos de Alba (Mancinella). Eso para nosotros fue muy importante porque empezar a aunar esfuerzos entre las mutuales es fundamental”, resaltó Guyi.
En el "Carnaval Abajeño" manda la alegría, la música, el baile y las ganas de compartir y disfrutar de la vida. “El hecho de ‘entalcar’ los rostros con talco o harina significa que somos todos iguales en carnaval, no importa la apariencia, la condición social o económica, lo que importa es soltar el alma, la alegría”, señalaron desde la Mutual de Arte.
La banda “Che Diablera” ejecutará el tema del carnaval “Diablos Abajeños”, compuesto especialmente para el festejo y al son de las anatas (flautas de madera de origen andino, propias de la fecha).
La gente podrá bailar carnavalitos, huaynos, tinkus, caporales, bailecitos; ritmos propios de la región andina. La jornada terminará en las primeras horas de la madrugada, pero el carnaval continúa mientras el diablo esté suelto.
Guyi afirmó que “con Che Diablera estamos muy bien, el año pasado tocamos muchísimo, nos están contratando mucho, y ya el 9 de marzo comenzamos con distintas fechas”.
Por otra parte, contó también que aún no lograron terminar de construir completamente la sede de la Mutual. “Tenemos tres espacios. Uno es sala de ensayos, el otro destinado a la parte de escenografía y el otro a los talleres de cerámica, artes plásticas y demás. Nunca pudimos construir el salón para hacer eventos culturales”.
La tradición continúa. En los días posteriores a la celebración se realizan las “invitaciones”. Con una salvedad “el vecino o los vecinos que inviten tendrán que convidar con algo para comer y beber y los amigos que concurran tendrán que llevar algo para compartir”.
Cuando se terminan las invitaciones, se realiza la ceremonia del “Entierro”, que puede ser durante otra noche de fiesta o en una ceremonia más íntima. Se entierra al Pujllay en su apacheta, se le ofrenda música, serpentina, albahaca, papel picado y harina para que se vaya contento y tenga ganas de despertarse en el próximo febrero. En este caso, en el próximo Carnaval Abajeño de la Mutual "Los Sikuris".