Hace 20 años un levantamiento en el penal de Sierra Chica desencadenó uno de los motines más sangrientos de la historia carcelaria Argentina.
La banda liderada por Marcelo Brandán Juárez y Jorge Pedraza encabezó, durante ocho días, la rebelión de unos 1500 presos. Los líderes fueron apodados los "Doce Apóstoles" por llevar a cabo la revuelta durante Semana Santa.
Durante el motín hubo diecisiete rehenes, entre ellos una jueza y su ayudante y siete reclusos muertos.
Todo comenzó cuando los amotinados se dirigieron hacia la entrada principal y cuando un efectivo penitenciario comenzó a disparar usaron como escudo a los guardiacárceles que habían apresado, algunos de los cuales resultaron heridos.
Al frustrarse la fuga, el grupo se replegó al interior del penal. Tomó rehenes y atacó a integrantes de una banda rival, varios de los cuales fueron muertos, descuartizados e incinerados en el horno de la panadería. Posteriormente hubo versiones de que habían preparado empanadas con restos humanos.
Recién a los 8 días los 12 Apóstoles se entregaron a las autoridades a cambio de ser trasladados a la cárcel de Caseros, ubicada en la ciudad de Buenos Aires.
En abril de 2000 24 de los involucrados fueron a juicio. Allí, 17 detenidos recibieron condena (seis a reclusión perpetua, ocho a 15 años de prisión, dos a 12 años y uno a 6 meses), mientras que los restantes terminaron siendo absueltos.