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El hecho de que cada vez más mujeres busquen y consigan un empleo no cambió los roles dentro de los hogares argentinos. Eso surge de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) que realiza el Indec y que por primera vez preguntó quién realiza las tareas hogareñas en la casa: ¿Él, ella o se reparten? Casi 7 de cada 10 varones reconoce que le deja esos quehaceres a su pareja femenina.
Los números corresponden al último trimestre de 2006 de la nueva EPH, que incluye 25.000 familias de 28 conglomerados urbanos de la Argentina. El fenómeno también fue marcado en el capítulo argentino sobre discriminación laboral del informe global 2007 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Así, la idea de que lavar, planchar, cocinar y limpiar son tareas exclusivas de las mujeres se muestra vigente. Claro que con la incorporación de las mujeres al mercado del trabajo la cuestión aparece como más problemática.
Entre 1980 y 2006 las argentinas mayores de 14 años que trabajan o están buscando trabajo creció un 52%. Son 5,8 millones de mujeres que trabajan o buscan empleo y que, al mismo tiempo, cargan con el rol de amas de casa: el cuidado del hogar y los hijos.
Para la economista Corina Rodríguez Enríquez, consultora a cargo del informe argentino de la OIT, “las mujeres subsidian con su trabajo no remunerado el funcionamiento del sistema económico”. Por eso, una de las propuestas para resolver la iniquidad es la creación de un salario para las amas de casa.
La carga extra de la casa también genera exclusión, y no sólo entre las mujeres de los sectores pobres. Es que el mercado laboral las rechaza porque son ellas las que faltan a trabajar cuando, por ejemplo, se enferma un hijo.
Fuente: Minutouno.com