La escritora argentina Samanta Schweblin se encuentra en el centro de la escena literaria internacional, ya que su nombre suena como posible candidata al Premio Nobel de Literatura 2025. Medios influyentes como The New York Times y The Guardian publicaron reseñas elogiosas de su libro El buen mal. Mientras tanto, en Hispanoamérica, se impulsa su candidatura al máximo galardón de las letras.
El reconocimiento internacional a Samanta Schweblin
La obra de Schweblin genera admiración en diversos ámbitos. En Estados Unidos, Joyce Carol Oates analizó Good and Evil and Other Stories, la versión en inglés de El buen mal, para The New York Times.
Oates destaca el impacto emocional de los cuentos y afirma: “Uno de los placeres de leer una colección de cuentos vinculados temáticamente es que, si bien cada historia puede ser independiente de las demás y representar personajes no relacionados, ambientados en lugares muy diferentes, el lector experimenta en conjunto algo del impacto emocional de una novela”. Los cuentos fueron traducidos al inglés por Megan McDowell y publicados por Knopf, del grupo Penguin Random House.
Oates considera que el título en inglés es “inesperadamente genérico” y sostiene que la presión de la vida familiar, más que el conflicto moral, lleva a los personajes a crisis existenciales. Concluye que las historias de Good and Evil, traducidas por McDowell, son “poderosamente evocadoras e inquietantes”.
En 2022, Schweblin ya obtuvo reconocimiento en Estados Unidos y ganó el National Book Award en la categoría de literatura traducida por Siete casas vacías.
La visión de la crítica británica
Sam Byers, de The Guardian, también ofreció una perspectiva favorable sobre la obra de Schweblin y sostuvo que “la franqueza y la claridad del lenguaje de Schweblin abren un terreno emocional único donde el miedo y la compasión se unen”.
El escritor señala que la colección de relatos comparte con el género de terror su esencia espiritual. En la visión de Schweblin, las barreras entre lo deseado y lo indeseado son inexistentes. “El verdadero horror no es ni de otro mundo ni sobrenatural, sino simplemente el reconocimiento de las condiciones fundamentales de la vida”, afirma Byers.
El crítico británico destaca que Schweblin evita “todas las trampas estilísticas de lo místico” y considera que su objetivo no es mistificar ni distorsionar, sino mirar el mundo directamente.