“Colorado”, “Colo”, “Colito”, “Tomate” o “Fosforito” son alguno de los sobrenombres que reciben los pelirrojos. Pero, lamentablemente, muchas veces el 1% de la población que tiene el cabello color rojizo debe lidiar con cargadas y discriminaciones.
Es por ello que, cada 7 de septiembre se celebra el Día Mundial del Pelirrojo. Es una fecha para enorgullecerse del color de su pelo, que actualmente se encuentra en peligro de extinción. Es que el gen recesivo que lo determina se va perdiendo por las mezclas con personas que poseen cabellos con otras tonalidades.
Volviendo a la celebración del 7 de septiembre, el Día del Pelirrojo se festeja recién desde el año 2006. En aquel momento, un fotógrafo convocó, a través de un anuncio, a personas con el cabello rojizo a una plaza de la ciudad de Breda en Holanda.
Varias son las curiosidades con respecto a los “colorados”, como les llamamos por esta parte del mundo. Por un lado poseen una mayor sensibilidad a los cambios de temperatura y al dolor. Eso se ve compensado con la posibilidad de producir su propia Vitamina D sin necesidad de estar expuestos a la luz solar.
Respecto a la supuesta mala suerte que los pelirrojos traen, se trata de un mito creado en la época de los romanos. Al expandir su imperio al territorio del noroeste europeo – donde la tasa de pelirrojos aumenta notablemente – comenzaron a desacreditarlos debido a la imposibilidad de conquistarlos con facilidad. Es por eso, que nada tiene que ver la mala suerte con el color del cabello.