Alexis Grierson
@alexisdechillar
En Argentina, como se suele decir, se aburre el que quiere. Pero se preocupan todos, también. La situación económica se agudiza, las culpas se reparten y las medidas no alcanzan. En un contexto complejo para nuestro país, hay elecciones. También superclásicos, claro. Pero nos centraremos en lo político.
Y arrancaremos con la inentendible postura de Macri de culpar al otro. El dólar subió, fue por la temeraria declaración de Alberto Fernández; las medidas tomadas no representan un default técnico, es la interpretación de la oposición. Podríamos estar todo el día mencionando ejemplos en los cuales el gobierno culpa al “resultado de las elecciones” de la inestabilidad económica.
Lo que quizá no se toma en cuenta es que un gobierno debe gestionar con alguien que estará, todo el tiempo, marcando errores y cumpliendo la función de oposición. Macri lo volvió a marcar como el enemigo, pero además también lo hizo con quienes no lo votaron. Es la interpretación más rápida: si el Presidente dice que la situación es “por el resultado de las PASO” ¿no termina siendo responsabilidad del que no lo votó como opción electoral? Entramos en un lugar como mínimo peligroso.
También, con el discurso de “cuidar la República” ¿no queremos todos cuidar la República? Las movilizaciones (genuinas y muy importantes, por cierto) mostraron otra vez ese síntoma: la culpa es de un 49,5% de argentinos que decidió apoyar una fórmula política. No está mal manifestarse a favor de Macri, muy por el contrario, nada más sano que ello. Pero el resultado electoral fue democrático, la transición (en caso de que la hubiera) debería ser así, y el próximo gobierno será democrático. Parece un poco raro aclarar estas premisas a esta altura de la historia argentina, pero necesariamente se debe hacer.
Bueno, en ese contexto, la economía profundiza su crisis con el correr de las horas. Dólar que no para de subir, a la par del riesgo país, y con una posibilidad –concreta- de caer oficialmente en default. Un escenario que, más allá de las complejas (y necesarias) medidas del gobierno, pareciera que no hay luz en el túnel. Obviamente, lo más importante es que aparezca, y la necesidad se vuelve urgente.
La gobernadora Vidal, en todo este contexto, se mueve distinto. Siempre diferenciándose sutilmente del Presidente, la mandataria bonaerense sigue rearmando su tropa y se prepara para salir a hacer campaña en este contexto complejo. Incluso (y quedó claro con el reclamo del Fondo del Conurbano) con perjuicios en las arcas provinciales producto de las medidas nacionales.
De todos modos (y muy sutilmente también) la retirada es un hecho: lo importante, como ya se dijo, es cerrar una elección digna y rearmar para lo que viene. Incluso, en esa levantada (que parece imposible de dar vuelta, más con los resultados del escrutinio definitivo) dar una mano a los intendentes de Juntos por el Cambio. Porque al fin de cuentas, la clave estará en retener la mayor cantidad de territorio para tener poder y jugar en otro rol.
Con resultados tan cerrados (como los de nuestra ciudad) una levantada de la gobernadora puede ser clave y si retiene distritos importantes (Bahía Blanca, Mar del Plata, Olavarría, y algunos partidos del conurbano) el análisis posterior obviamente será distinto. Pero la campaña arranca en una semana y se verán, con claridad, las cartas que arrojará la gobernadora. Que, en toda esta crisis de Juntos por el Cambio, pareciera que es la única que “mira la película” y no se queda con la escena de esta semana.
¿Elecciones cerradas? Pasen por Olavarría, señoras y señores. Galli y Aguilera tienen 2.610 votos de diferencia tras conocer el escrutinio definitivo, y corroboró una diferencia que deja la elección abierta. Ahora todo dependerá de una campaña que tendrá muchos condimentos nacionales, y con la búsqueda, para el Intendente, de localizarla en algunos puntos que permitan retener la intendencia cuatro años más.
Aguilera comenzó a mostrar algunas de sus cartas: más recorridas, diálogos con sectores que no es usual ver (lo cual muestra interés) y al mismo tiempo retuvo a dirigentes que generaron dudas en las PASO (como Guillermo Santellán). La clave estará en si logra surfear la ola nacional y provincial, y al mismo tiempo en recortar la diferencia del corte de boleta con Alberto Fernández y Axel Kicillof (6 y 3 puntos, respectivamente).
Galli debe navegar en una tormenta nacional y provincial, pero con mayor claridad para ir a buscar los votos locales: casi todos los espacios que quedaron afuera tienen similitudes (incluso hubo un par de señales del POT en festejos del Día del Niño) y además, un reparto equitativo de votos de los ausentes de agosto pueden mantener la diferencia. Si puede alejarse y ganar con contundencia, claro que bienvenido sea. Pero este tipo de comicios se ganan por un voto, y ganar es fundamental.
En esta tierra de necesidades, Eseverri la sigue teniendo complicada: de reuniones muy importantes como la que mantuvo con Facundo Manes, la mayoría da por descontado que habrá sangría de acompañamiento por el solo hecho de que la elección se ultra polarizará. El ex intendente tuvo un buen acompañamiento del corte que perjudicó a Aguilera y Galli, pero que tiene grandes chances de volver para acompañar a los candidatos de la fuerza que acompañaron a nivel nacional y provincial. El escrutinio definitivo lo mostró como un claro tercero y muy lejos del Intendente y el candidato del Frente de Todos.
Se insiste, claro, que Eseverri hará (y está haciendo, dado que continúa con sus recorridas por los barrios) todo para impedirlo. Esta semana hubo una declaración del primer candidato a concejal, José González Hueso, que dejó en claro la premisa de que a nivel nacional y provincial pueden mantener el acompañamiento, pero que a nivel local la opción es Eseverri. Y, otra vez queda en claro, que buscarán los votos de Galli.
Las consultas realizadas por Infoeme siguen admitiendo que probablemente también buscarán los de Aguilera, pero que es un “voto duro”. El perfil de votante de Galli y Eseverri son muy similares, por lo cual en este contexto complejo para la economía nacional, pueden sumar (y retener, hoy por hoy lo más importante para el sector).
Pero, en todos los niveles, suceden muchas cosas. La tormenta económica se puede llevar todo puesto, o puede aliviar y configurar una campaña “más tranquila”. Estos días serán claves.