Alexis Grierson
@alexisdechillar
Alberto Fernández será el presidente de la Nación. Axel Kicillof, nuevo gobernador de la Provincia. Y Galli, en un contexto adverso, ratificó, con contundencia, que será intendente por 4 años más. En un pequeño resumen queda claro cómo será el mapa político de los próximos años…pero es mucho más complejo. Y los movimientos dejaron tela para cortar.
En la previa, y en una de las tantas columnas, se dijo que la paridad era absoluta. Un 90% de las encuestas así lo dijeron, y también señalamos que nos podíamos tragar todas nuestras palabras y análisis en ese contexto. No nos equivocamos. La diferencia estuvo radicada en un contenido que pasó prácticamente inadvertido por todos, y es en un trabajo silencioso de no despegarse (del todo) de Macri y Vidal, y en paralelo municipalizar. ¿Cómo es esto? Veamos.
Algo que anticipamos fue la micromilitancia. Desde audios personalizados, pasando por cartas, visitas, charlas, todo lo más minucioso posible fue el trabajo realizado por el Intendente Galli secundado por el jefe de campaña y subsecretario de Gobierno, Hilario Galli, logrando una dupla que fue más que responsable de esta realidad electoral.
Un exhaustivo análisis pasó de mayor a menor: desde la relevancia de cómo fue el voto en los barrios, pasando por aquellos que no acompañaron a Galli hasta los indecisos, el trabajo fue –literal- casa por casa. Vecino por vecino. “El laburo que hicimos o nos sale muy bien o es un completo desastre” dijeron el viernes previo a la elección, ya en plena veda. Pero a continuación de esa frase, se agregó: “vamos a sacar mucha más ventaja”.
Los más optimistas hablaban de 8 puntos de diferencia en la previa. Los moderados, que sería bastante pareja pero manteniendo la diferencia de 3 puntos con la que Galli ganó las PASO. El resultado superó todo lo analizado en la previa.
Lo que más pasó inadvertido fue el trabajo de resaltar los “valores” que muestra Juntos por el Cambio. No se realizará un juicio de valor en torno a si esos valores efectivamente son los que representa el espacio comandado por Mauricio Macri. Pero es cierto que en la muestra de esas “características” los olavarrienses se vieron más identificados con Ezequiel Galli. Punto para el intendente.
Hoy, ya con un poco de agua que pasó debajo del puente: ¿se explica mejor la llegada de Macri y Vidal con el “Si se puede” a Olavarría? Está claro que sí. Incluso la lógica del “se da vuelta” se cumplió a rajatabla: en la ciudad Macri, Vidal y Galli ganaron la elección.
Además, estos valores que resaltaron desde el espacio muestra identidad con los olavarrienses. Ezequiel Galli, ¿logró captar, otra vez, el voto del helios eseverrismo? Así parece: además de aprovecha la hiper polarización, logró quedarse con ese voto que no sólo le dio la victoria en 2015, sino que volvió a confiar en él el pasado domingo. ¿Es quien mejor representa dichos valores? Hoy por hoy, analizando el voto al menos, sí.
Tanto, que el corte de boleta lo benefició casi al 100%: fue más habitual de lo que se esperaba ver un corte “Alberto Fernández – Galli” y si bien Aguilera recuperó una parte de ese corte, no le alcanzó en esa discusión y Galli ganó, casi, con comodidad.
Un agregado: Olavarría no quedó exenta a la importantísima levantada que tuvo Juntos por el Cambio en el interior de la Provincia. El discurso de darlo vuelta y el “sí se puede” caló hondo en los ciudadanos de distritos de la región y Macri, Vidal y los intendentes (entre ellos Galli) crecieron de manera exponencial.
En ese contexto, no fue un papel malo el de Aguilera, todo lo contrario. Tuvo más votos, llegó a los 38 puntos y, como en 2017, se consolidó como alternativa de gobierno en Olavarría. Con un peronismo que, por ahora, continúa unido. La tarea, según se logró saber, es trabajar fuerte para mantener esa condición. Lo dijo Cristina Fernández post victoria del Frente de Todos: “hay que trabajar para mantener y bregar por la unión del espacio”.
Es cierto, por otra parte, que el peronismo de nuestra ciudad deberá como mínimo repensarse, o tener una fuerte discusión puertas adentro sobre lo sucedido: ya hubo alguna señal de que eso comenzó a pasar, pero llevará un tiempo generar las bases de lo que viene. Con dos ventajas de entrada: Alberto Fernández será presidente, y Axel Kicillof gobernador. Desde allí, quizás, habrá posibilidades de construcción.
¿Y movimientos en el Concejo? Lo que fue 100% Galli desde 2015 a 2019 ahora se repartirá con el Frente de Todos, y son las oficinas y dependencias nacionales y provinciales en Olavarría. Desde la sede del Ministerio de Desarrollo de la Nación, pasando por la delegación del Ministerio de Trabajo local, la UDAI de Anses, todo tendrá renombramientos y reconfiguración. ¿Y si en ese contexto algún concejal del Frente de Todos no asume y deriva en esas dependencias?
Volviendo al tema, el peronismo local quedó “entrampado” en un contexto nacional que se creía favorable y terminó siendo, en la combinación municipal, el principal motivo de la derrota. Veremos cómo se reconfigura finalmente el bloque de Todos dentro del HCD, que tendrá más concejales y que probablemente tendrá como líder político a Aguilera, que es presidente del espacio desde 2017.
Quien también deberá repensarse -y hasta refundarse- es el eseverrismo. Tras quedar en medio de la polarización y no tener ni siquiera el ingreso de un concejal, la fuerza quedó tan solo con Victoria De Bellis en el HCD y lejos de los primeros planos. El mismo día de la elección, Eseverri le dedicó unas sentidas palabras a Néstor Kirchner en un nuevo aniversario de su muerte, en una foto que estaba con su padre, Helios.
Este pequeño mensaje, ¿Será la base del comienzo de otro momento del eseverrismo? ¿O simplemente Eseverri buscará nuevos rumbos como dirigente y el “eseverrismo” mutará en la integración con otro espacio? Es, quizás, demasiado pronto para responder, pero válido para pensar.
El gran ganador de la elección, de todos modos, es Ezequiel Galli. En un escenario donde muchos (hasta los propios) creían que se iban a contar hasta los votos rotos, sacó una diferencia importante y ratificó que al menos la mitad de los votantes en el Partido de Olavarría quieren una gestión más. Que será la última, al menos con un descanso en el medio dado que no puede volver a ser reelegido. ¿Cómo será la construcción de un dirigente para la sucesión? Obviamente, es una pregunta tempranísima, pero que siempre viene bien tener a mano.
La reconstrucción
Galli ya habló de la futura relación con el gobierno provincial y nacional. Se mostró esperanzado, con capacidad de un diálogo al menos correcto con el gobernador electo, Axel Kicillof, y tratando de avanzar con gestiones truncas por el gobierno de Vidal, como sucedió con el Polo Judicial.
El Intendente electo entendió el nuevo escenario y se alineó, al menos en lo discursivo, detrás de María Eugenia Vidal y, también, en Jorge Macri. La gráfica del cierre de campaña, el “Ahora María Eugenia” y otros detalles que se vieron totalmente distinto a la construcción de Juntos por el Cambio ¿será el puntapié inicial para el “post Cambiemos”? Ya hubo Foro de Intendentes, ya hubo charlas, e incluso ya hubo roces entre Macri y Vidal por la performance de campaña y de la elección.
Galli se moverá, como sucedió en 2015, dentro de internas en el espacio. Pero tiene otra cintura, se logró acomodar tras comenzar en el “monzoísmo” allá lejos cuando comenzó el camino de la intendencia y, ahora, dejó en claro que es un vidalista de ley. Veremos, de aquí en más, cómo avanza en el espacio que lo tendrá en un rol importante en el interior de la Provincia.
La reconstrucción incluye también su equipo: puertas adentro, el Intendente habló de “cansancio” de algunos funcionarios, y su trabajo será de ahora en más realizar ajustes en el gabinete, lo cual para muchos se grafica mostrar como una necesidad de hace un tiempo. La victoria, y un nuevo mandato, le dan mayor autoridad para hacer cambios. Veremos, en tanto, quienes son los nuevos elegidos: Galli le ha dado preponderancia a quienes “vienen de atrás” y quedaron con los cargos, como pasó con Diego Robbiani o María Eugenia Bezzoni. ¿Tendrá en cuenta estos parámetros? ¿O los acuerdos políticos derivarán, además, en nuevos nombres en la función?
Un rol que habrá que tener en cuenta es el de Hilario Galli: con importancia en la campaña y en esta primera semana post elección, ¿tendrá un papel preponderante en la segunda gestión del Intendente?
En el Concejo es todo ganancia: seis nuevos concejales, mayoría automática y la posibilidad de elegir autoridades propias. ¿Quiénes asumirán y quiénes se quedarán en el Palacio San Martín? Galli avisó que Juan Mujica asume y se toma licencia. ¿Irán por el mismo camino Mariana Diamanti y Cecilia Krivochen? Todo parece indicar que sí.
Ya se dijo, pero bien vale aclarar: con los cambios de aires políticos en Provincia y Nación, tanto la UDAI de Anses, como el Ministerio de Trabajo, Desarrollo Social, entre otros organismos, tendrán nombres vinculados al Frente de Todos. Allí también habrá funcionarios “disponibles” para ver si hay recambio o no.
Ahora restará ver, de aquí en más, cómo se sigue moviendo el mapa político y cómo se reconfiguran las fuerzas. Hoy, y a pesar de la existencia de muchos sectores, Olavarría se encuentra en medio de una ultra polarización. ¿El peronismo seguirá unido? Hasta el 10 de diciembre, por lo menos, tenemos tiempo para responder esa pregunta.