En un nuevo aniversario de la adopción de la Ley 26.743 de Identidad de Género, el Observatorio de Violencia contra las Mujeres del Instituto Nacional de las Mujeres (INAM) presentó un informe sobre las particularidades de las situaciones de violencia que atraviesan las mujeres del colectivo travesti/trans analizadas a partir de las llamadas recibidas en la Línea 144.
El universo del informe está conformado por 78 llamados recibidos por la Línea 144 durante 2017 en los que las personas en situación de violencia que se contactan se autoperciben como feminidades trans, travestis o transgénero en situación de violencia. La mayoría corresponde a personas de identidad transexual, alcanzando el 84.6% de los llamados de la población mencionada (es decir, aproximadamente nueve de cada diez llamadas recibidas). Mientras que el 6.4% refieren a identidad de género travesti u otras identidades. En menor proporción, el 2,6% de las llamadas fueron realizadas por personas transgénero.
Si se tiene en cuenta las edades, se destacan los grupos de 18 a 29 años y de 40 a 49 años, representando tres de cada diez llamados, cada uno de ellos. El grupo de 30 a 39 años representa dos de cada diez llamados. En síntesis, ocho de cada diez llamados de personas autopercibidas como feminidades trans, travestis o transgénero tienen entre 18 y 49 años.
Se entiende, a la luz del enfoque de género, que el colectivo trans, travesti y transgénero se encuentra en situación de vulnerabilidad respecto al acceso a derechos en ámbitos tales como el trabajo, la educación, la salud y la vivienda, entre otros.
A su vez, se advierte que las instituciones sociales, en tanto reproductoras de la heteronormatividad, operan obstaculizando el proceso de construcción de ciudadanía.
La posibilidad de superar el binarismo implica un compromiso a asumir por toda la sociedad. Con este fin, las políticas públicas tienen un rol central acompañando los procesos de denuncia en las situaciones de violencia de género, de tratamiento y acompañamiento en el acceso a la salud, como así también que dichas identidades puedan acceder a la documentación que refleje su identidad autopercibida.