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Por primera vez el Tribunal escarbó en la relación entre el abogado y el juez Saladino

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Recién a las 10:30 el público y los medios pudieron ingresar a la sala donde se lleva a cabo el juicio por el homicidio del abogado Marcos Alonso, en el Tribunal en lo Criminal Oral Número 1 de Azul.

La primera declaración de la segunda jornada (la del remisero Rafael Iribe - ver en nota aparte) se hizo con reservas y luego el Tribunal permitió que el proceso siga siendo público. Y en el transcurso, por primera vez los tres jueces se interesaron por la relación que existía entre el penalista asesinado y el juez garantista Antonio Saladino.

Antes fue el turno para declarar del jefe de Judiciales de la comisaría Primera, Pablo Blúa. El policía explicó las diligencias que se realizaron tras el hallazgo del auto de Marcos Alonso, contó cómo se encontró el cuerpo y las acciones posteriores para trasladar el cadáver y el vehículo.

El policía Pablo Blúa ingresa a la sala.

Cerca de las once de la mañana, Blúa finalizó y el tercero en subir al estrado fue Diego Alonso, hermano de la víctima y también un testigo clave en la causa que intenta determinar las autorías materiales del crimen.

Alonso iba a aportar nuevos datos (dichos) en los que vinculó al magistrado con los supuestos arreglos para liberar detenidos; comprometió a los dos imputados, Ibáñez y Castilla Rocha, pero algunas preguntas lo pusieron incómodo.

El imputado Castilla Rocha, detrás de su defensor.

Sugirió que Ibáñez había “apretado” días antes a su hermano, a quien no veía bien, y declaró que Castilla Rocha también había sido cliente de Marcos. Aseguró que su hermano confiaba plenamente en su secretario, pero confesó como apreciación personal, que él no.

Diego Alonso aseguró no tener constancia de que el motivo del crimen haya sido la falta de una suma de dinero. Reveló que el 31 de diciembre de 2009, Marcos y el juez Saladino se reunieron por el Año Nuevo, y lo consideró que la relación no era ética.

Su propio abogado, Miguel Angel Pierri, le preguntó en un momento si sabía que Marcos Alonso estaba inhibido, una interpelación que lo puso nervioso.

El hermano de la víctima, Diego Alonso, declaró ante el Tribunal.

Entonces, por primera vez el Tribunal hizo un interrogatorio más agudo para profundizar en la relación entre el abogado penalista y el juez Saladino.

El testigo también aseguró que los primeros informantes de la causa eran todos “pescado podrido” (información trucha).

Finalmente, el abogado Samuel Bendersky-defensor de Ibañez- le preguntó si él consideraba que su hermano se drogaba o se habría drogado alguna vez, a lo cual Diego Alonso respondió que jamás lo había visto.

El comisario Juan Carlos Ortúzar ingresa a declarar.

A las 12:10, entró a la sala el comisario Juan Carlos Ortúzar, ex jefe de la policía Distrital de Olavarría, en funciones cuando sucedió el hecho. Habló de los procedimientos que se realizaron cuando Marcos Alonso fue hallado muerto dentro de su auto.

Reveló que se hicieron llamadas desde un teléfono con característica de Tandil y otro de Buenos Aires, pero ambas realizadas en Olavarría. El número con código de área de Capital era un contacto de Castilla Rocha en la U 27 y a su vez mencionó otro teléfono relacionado con Ibáñez. Pero declaró desconocer el móvil del hecho que le costó la vida al abogado.

El abogado Sobrino, luego, cuestionó el accionar policial y la falta de línea investigativa. Ortúzar ante esto se mostró nervioso y además reconoció no tener certeza del lugar en el que lo mataron a Marcos Alonso.

El ingreso de Diego Alonso a la sala.

El interrogatorio duró hasta aproximadamente 12:37 y el Tribunal anunció un intermedio a la espera de los testigos que restaban declarar en la segunda jornada.

Finalmente, sólo el policía Pablo Casas, oriundo de Bolívar, declaró después del intermedio.

El efectivo trabajaba en la mesa de investigación del caso y contó que Ibáñez en un pasillo de la comisaría Primera declaró ante él y un testigo que Castilla Rocha le había pagado dos mil pesos para llevar un Peugeot 207 (el del abogado era un 307) desde una quinta hasta la Ciudad.

El policía Pablo Casas, de Bolívar.

Relató que Ibáñez le contó que al llegar a la quinta vio en el garage un Peugeot 207 (se estaría refiriendo al 307) con una persona maniatada en el asiento de atrás y que no sabía si estaba viva o muerta, pero al verla el imputado reconoció a Marcos Alonso.

El Tribunal le pidió al policía que identifique a los imputados y éste los señaló.

El testimonio inmediatamente fue objetado por la defensa que cuestionó los procedimientos policiales, algo que lógicamente sucedería.

La siguiente jornada del juicio, la tercera, se llevará a cabo el próximo lunes 15 de agosto a partir de las 8:30, en el Palacio de Justicia de Azul.

Fiscalía y particular damnificado.

El imputado Ibañez habla con el defensor oficial Samuel Bendersky.

Los fiscales Susana Alonso y Javier Barda.

El juez Eugenio Céspedes.

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