Con el foco en la “gordura” por comer mucho durante el confinamiento. Siendo Argentina uno de los países con mayor cantidad de desórdenes alimenticios en el mundo, hay muchas personas vulnerables a desarrollar todo tipo de patologías alimentarias, debido a una combinación de causas, tanto psicológicas como sociales (influencias, estereotipos, expectativas sociales). “La dieta y la restricción es la búsqueda permanente de algo que no existe, porque el problema no es la comida, sino que hay tal disconformidad con uno mismo que nos lleva a maltratarnos con hambre y pérdida de placer”, Agustina Murcho, licenciada en Nutrición.
Para lograr hábitos saludables, tanto físicos como mentales, es importante entender que no es necesario eliminar algún alimento o realizar alguna dieta. Podemos estar en casa, cocinar de forma saludable, variar los alimentos, pero sin privarse de los gustos que uno se quiere dar, ni tampoco tener días con excesiva alimentación debido a la ansiedad. Dividir las cuatro comidas diarias, consumir colaciones que nos ayuden a llegar satisfechos a la próxima comida, adicionar al menos 4 porciones diarias de frutas y verduras, sin el miedo a los famosos “carbohidratos”, también muy necesarios para mantener nuestra energía de forma que podamos hacer variadas cosas aún estando adentro de casa. Todo esto, sumado a por lo menos 30 minutos de ejercicio físico diario , dentro de nuestras limitaciones, sabiendo que hay que mover el cuerpo para cuidarlo y distraerlo de la excesiva información en la que estamos inmersos, y no para castigarlo por haber comido “de más” o para poder luego darnos el gusto que queremos.
Es importante, por último, no colaborar con la burla y la discriminación hacia el cuerpo del otro mediante las redes sociales, no solo en cuanto a la gordofobia, sino también hacia la persona delgada. Hay personas que se sienten muy inseguras, y las redes sociales en vez de utilizarse de forma sana y responsable como único medio de relacionarnos, termina siendo un rival en estos casos.