La semana política: con más cuarentena, “no somos víctimas, somos actores” | Infoeme
Viernes 10 de Mayo 2024 - 4:56hs
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Olavarría

La semana política: con más cuarentena, “no somos víctimas, somos actores”

En esta fecha de pascuas, hubo novedades que no parecen novedosas: más cuarentena obligatoria, con algunas actividades liberadas más, pero la “vida normal” se aleja de nuestro deseo a corto plazo. Las nuevas actividades de excepción, ¿moverán a Olavarría? La construcción y la obra pública. Un manual para ser opositor en este contexto, y un liderazgo indiscutido de Alberto Fernández.

Alexis Grierson / @alexisdechillar

 

Esto sigue. El viernes se confirmó que será, al menos, hasta el 26 de abril inclusive. En momentos donde la cifra de infectados crece y el número de fallecidos también (algo que duele y mucho) la política organiza la vida de los argentinos de aquí en más, con una agudísima crisis económica, con sectores que siguen saliendo a la calle (algunos por necesidad, otros por rebeldía) y con un futuro, aún, incierto.

 

Por cuestiones de sentido común (y por el análisis del gobierno nacional) la cuarentena debería durar hasta el 26 de abril, para trazar nuevas líneas de trabajo el lunes 27. Exactamente fue lo que confirmó el presidente Alberto Fernández, con algún lineamiento de excepción nuevo, con posibilidad de liberar cuarentenas “internas” (en pequeños pueblos no infectados) y no, los “runners” todavía no tienen autorización para salir a correr.

 

Lo ratificó en la conferencia del pasado viernes, pero para el gobierno es una discusión saldada: no hay “salud” o “economía” básicamente porque sin salud, no habrá economía a futuro. De todos modos, las pymes empezaron a dar cuenta de las primeras evaluaciones que arrojaron una catástrofe en materia de ingresos durante el mes anterior, y un panorama más oscuro para lo que viene.

 

 

El gobierno, más allá de extender la cuarentena obligatoria, comienza a ser benevolente con algunas industrias, como la de la construcción, importantísima para Olavarría. ¿Tendrá correlato el importante movimiento que eso conlleva dado que la ciudad es cementera y con industria de servicios relacionados? Teniendo en cuenta los datos oficiales de la ciudad como la más “incumplidora” en esto de quedarse en casa, ¿veremos un Partido más en movimiento?

 

La historia de lo sucedido en Italia, España y Francia con la mitad de la cuarentena ya es conocida: ellos se encontraban en este mismo lugar, se relajaron creyendo que había pasado todo, salieron y llegaron los contagios. En ese contexto, el gobierno busca por todos los medios evitar llegar a ese lugar e intensificarán los controles, teniendo en cuenta que hubo un “relajamiento” que incluso pudo verse en Olavarría durante la Semana Santa, al menos para aquellos que viven en la ciudad y son un poco más inquietos.

 

Siempre, claro está, en los horarios “de mayor circulación”. Después de las 16, los sonidos se asemejan a los quehaceres dentro de las casas que otra cosa. Solo alguna moto circulando.

Ni que hablar cuando trasladamos toda esta situación al tema económico: la economía necesita reactivarse de algún modo y la obra pública será el puntapié inicial, al menos en la decisión económica. Restará ver cuál es el impacto en la ciudad, y cómo continúan los sectores más postergados, que la cuarentena pone de manifiesto cada vez más la delicadísima situación. Y si, se habla de hambre puntualmente.

 

 

Manual del opositor en plena pandemia

 

En la oposición quedó claro, después de la asunción de Alberto Fernández, que hay dos sectores bien demarcados: uno que muestra un mayor conformismo con la forma de trabajar de Alberto Fernández y Axel Kicillof, por un lado, y otro que reniega desde todo punto de vista de cada acción de gobierno determinada, por el otro.

 

En este rol, Horacio Rodríguez Larreta se afirma como el principal opositor a Alberto Fernández. Hubo un dato en la semana que pasó desapercibido: se indicó que la ex gobernadora María Eugenia Vidal se reincorporó a los trabajos…junto a Rodríguez Larreta. Ah, y un detalle, ¿recuerdan las famosas encuestas del 93% de imagen positiva de Alberto Fernández? Quien midió –y muy bien también- fue….el Jefe de Gobierno porteño.

 

 

Otro dato interesante fue la reaparición sutil pero concreta de Durán Barba a la escena pública: elogios a Alberto Fernández, no sólo por las medidas tomadas sino por cómo las tomó, convocando a la oposición y consensuando medidas. “No es un momento para construir grietas” dijo…clarito como el agua.

 

¿Más señales? La reunión entre intendentes y el presidente Fernández, con una visible presencia entre las demás: Jorge Macri, jefe comunal de Vicente López. Entre las complicaciones económicas extremas que tienen los Municipios, y el rol que tienen los jefes comunales (Galli, entre ellos) en la Mesa del Pro provincial y nacional, se especulaba con que Macri sería “la llave” que destrabaría un salvataje necesario para los 137 municipios.

 

 

Tanto Galli como Alejandro Vieyra (jefe de gabinete de Hernán Bertellys en Azul) lo dejaron en claro, el mes que viene los Municipios no pueden pagar los sueldos. Con una particularidad: las declaraciones y la reunión de Macri y Fernández fueron al mismo tiempo. Y es interesante el salvoconducto que realizaron con Fernández. ¿Tendrá la respuesta y el apoyo que falta para sacar a flote una situación agudísima en las comunas bonaerenses?

 

Volviendo a la interna, quien implícitamente quedó marginado de toda esta discusión es Marcos Peña y el ala más “ortodoxa” del Pro, con Patricia Bullrich entre las dirigentes más importantes.

 

Ahora, en este contexto, ¿dónde queda Macri? Macri sigue siendo el líder –indiscutido- del Pro y no queda claro cuál es el rol que ocupa en la interna. Pareciera, en primera instancia, que está “dejando ser” y que esperará sin entrometerse a que pase la pandemia y se tomará otro lugar, quizás más vinculado al proyecto de país, algo que lo tuvo siempre más protagonista. Se escuchó, durante la semana, que hará una “economía de su presencia” entendiendo que su lugar es distinto.

 

Liderazgo indiscutido

 

Resulta curioso el pedido de aparición de Cristina Fernández de Kirchner en la escena protagónica de la política en este contexto. Pareciera que el sector más ortodoxo de Juntos por el Cambio tiró un “señuelo” para ver si picaba. ¿Qué generaría la presencia de Cristina en la escena política activa? La crítica al liderazgo.

 

 

Si hay algo que quedó de manifiesto en estos tiempos es que el presidente es Alberto Fernández. No lo es Cristina, no lo es Máximo Kirchner, ni ninguna otra persona. Es Alberto. Si Cristina tomara visibilidad, ese liderazgo se prestaría al cuestionamiento.

 

Con este contexto, surgió un escándalo que fue medianamente manejado por Fernández, pero que sí destapó nuevas –viejas- grietas en torno a la injusta relación entre el peronismo y la corrupción: el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación adquirió productos de primera necesidad a un precio mayor incluso que el de góndola.

 

 

La primera explicación dejó sabor a poco: “los proveedores se plantaron y elegimos la necesidad de la gente antes de no comprar”. El Estado tiene herramientas para que los proveedores que pueden brindar estos productos (millones de paquetes de fideos de un día para otro) lo hagan al precio requerido, la Ley de Abastecimiento es una de ellas.

 

Ahora, ¿es necesario que el Estado se ponga “autoritario” con gente que no busca ceder interés en ningún caso?

 

Finalmente, la decisión la tomó el líder indiscutido hoy por hoy, Alberto Fernández: afuera del gobierno el responsable de la compra, se anuló dicha adquisición de productos y se volverá a realizar, con el precio máximo fijado por el Estado. Lo que se tendría que haber hecho en un principio. En un análisis rápido después de lo que pasó, son los errores de un equipo que todavía no “se terminó de acomodar”.

 

Incluso durante la semana se conocieron varias compras similares durante la gestión Macri. “Si nos comparamos con Macri, estamos muertos” comentó el periodista Iván Schargrodsky que fue la respuesta de los funcionarios en este sentido. Hubo autocrítica y se acomodó el rumbo.

 

Parece ser el signo del albertismo por este entonces: donde hay un error, se acomoda en el menor tiempo posible, soporta las entendibles (y racionales) críticas y rápidamente el barco sale a flote otra vez. Lo ideal, obviamente, es que no haya errores, ¿pero qué gobierno no ha cometido errores a lo largo de su historia?

 

Lo importante, hoy, es hacer caso. Respetar al de al lado. Quedarnos en casa, los que podemos, y respetar al máximo el distanciamiento social. Que el barbijo no nos relaje, que el tiempo tampoco. Pronto, como se ha leído por todos lados, volveremos a abrazarnos.

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