Soledad, de 23 años, no tiene trabajo y busca ayuda desesperadamente para darle de comer a sus hijos. Su prima le prestó una piecita en su casa a medio terminar ubicada en el Barrio San Vicente y juntas crían a sus hijos (tienen dos cada una, de entre 1 y 8 años). Además, se tuvo que hacer cargo de sus tres hermanas, que quedaron huérfanas tras el homicidio de su madre. “Estamos las dos solas con prima”, cuenta desesperada.
Natalia Bustos, la mamá de Soledad, fue asesinada entre el 23 y 24 marzo de 2017 por su cuñado, con la complicidad del hijo del homicida, cuando tenía tan solo 36 años. El cuerpo sin vida fue hallado en un pozo ciego de una vivienda abandonada en el Barrio Luján, lugar en el que cometieron el crimen. Ambos fueron condenados en primera instancia por el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 2 de Azul, el padre recibió la pena más grande de 22 años de cárcel.
Tras el homicidio de su madre, Soledad se hizo cargo de sus hermanas más pequeñas, quienes actualmente tienen once, siete y cuatro años, respectivamente. Ella y su prima, de 27, son los únicos sostenes del hogar y los niños. Viven en el Barrio San Vicente en la intersección de las calles Cortés y Alsina. “No tengo ni vidrios”, le cuenta Soledad a Infoeme.
Necesitan todo tipo de ayuda para alimentar a los niños. No cuentan con mercadería, pañales ni productos de limpieza para mantener la higiene frente a la pandemia de coronavirus. Quienes deseen colaborar con esta familia pueden comunicarse al 2284-305608.