"Hacemos lo que hay que hacer: las obras para  que el agua no llegue más. No son obras que se van a hacer de un día  para el otro, pero ya empezamos. Va a llegar un día en el que ocho  millones de personas dejen de inundarse. Esta vez sí va en serio, y se  va a poder", sostuvo Vidal.
 La mayor parte de los trabajos se completarán  en los próximos dos años y tendrán como 
objetivo evitar desbordamientos  en las cuencas de los ríos Luján, Salado, Reconquista, Areco, Quinto,  la cuenca Matanza-Riachuelo y también en la región metropolitana que  integran los partidos de La Plata, Berisso y Ensenada.
  "Recuperar la confianza de los millones de bonaerenses que se han inundado una y otra vez y han sufrido muchísimo. Las obras son las que hacen la diferencia"   El plan global, que abarcará emprendimientos a  lo largo de cuatro años, con aportes 
"del gobierno nacional, organismos  internacionales y fondos propios", se desplegará a partir de una serie  de estudios desarrollados por un 
"comité de cuenca" y las  correspondientes audiencias públicas necesarias por ley para el inicio  de las obras.
   Se prevé que en cada cuenca se construirán  canales, terraplenes, compuertas, exclusas, vertederos, reservorios,  estaciones de bombeo y sensores de alerta temprana para monitoreo  hidráulico, meteorológico y ambiental.
    Vidal, acompañada por el vicegobernador,  Daniel Salvador, el ministro de Infraestructura, Edgardo Cenzón, y los  intendentes de Tigre, Luis Andreotti, y de San Fernando, Julio Zamora,  remarcó que el objetivo del plan es, además, 
"recuperar la confianza de  los millones de bonaerenses que se han inundado una y otra vez y han  sufrido muchísimo. Las obras son las que hacen la diferencia".    "Cada inundación, cada parte meteorológico de  tormenta es una preocupación para muchísimas personas que tienen miedo  que otra vez el agua les lleve todo", agregó.