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Walter Minor / Especial para Infoeme
walterhistorias@gmail.com - www.historiasdeolavarria.blogspot.com
Si hubo una notoria falla que he tenido desde que escribo aquí, es la de no haberle dedicado ni una sola línea a las localidades serranas o de campo.
A veces se hace difícil apartarse de lo clásico y despegarse de la Olavarría ciudad para viajar por Loma Negra, Sierras Bayas, Sierra Chica, etc...
La idea de esta página es comentar cosas nuevas sobre nuestra historia y no girar siempre sobre los mismos temas que se vienen repitiendo por años.
La dificultad para hacer estas cosas nuevas, es que las historias hay que construirlas desde cero y no copiarlas. Hay que darle contexto y agregarle documentación. Así, lo que usted puede leer aquí en cinco minutos, a mi me lleva dos días, como mínimo, elaborarlo. Explico esto como una “información de disculpas†(por llamarlo de algún modo), especialmente para el que espera ver reflejado a su pueblo, aunque sea un solo domingo al menos.
Hoy voy a tratar de cumplir en parte con una de ellas y a medida que vaya surgiendo algo nuevo, trataremos de recorrer juntos cada pueblo y localidad, como hoy lo vamos a hacer con Hinojo.
LAS PROPIEDADES DE UN NOMBRE
HINOJO: planta silvestre, que puede crecer hasta una altura de 1,80 metros, tiene su origen de las zonas ribereñas del mar Mediterráneo.
Las primeras referencias sobre su uso lo ubican en Egipto hace más de 3000 años como remedio regulador de la digestión.
El “hinojo dulce†de la familia de las umbelíferas, es muy reconocido tanto nutricional como medicinalmente. Su aceite esencial es utilizado en aromaterapia como analgésico, anti-inflamatorio, antiséptico, digestivo, diurético y descongestionante.
Los antiguos romanos lo utilizaron como base para medicinas, encontrándose en el siglo primero, datos que lo incluyen como componente de más de 20 remedios. Los soldados romanos, lo consumían como un tónico reconstituyente.
Los griegos, que lo utilizaban para perder peso, lo bautizaron “maratónâ€, debido a que inundaba con su presencia todo el territorio de Maratón, cerca de Atenas.
Hipócrates, considerado “padre de la medicinaâ€, lo usaba para calmar los cólicos de los bebés.
Además de las muchas propiedades medicinales, también tiene una presencia destacada en la alimentación. Se piensa que fue durante los siglos de dominación romana de la Europa Mediterránea (IV a.C.-IV d.C.), cuando empezó a utilizarse el hinojo como comida. Sus semillas se usaban como aromatizante de salsas, carne y también podían ingerirse los brotes frescos al natural.
En la Edad Media, en la época del oscurantismo, se la consideró una planta con poderes mágicos, capaz de deshacer hechizos ( brujerías).. En los países mediterráneos, en la víspera del solsticio de verano, un ramito de hinojo que espantaba a los malos espíritus, era colocado en las puertas de los hogares.
También fue una de las tantas sustancias usadas en pipa o cachimba de cerámica por los fumadores que no disponían de recursos económicos en la época romana.
Y... aquí algo que tal vez produzca algunos comentarios picarescos... o un cambio rotundo en la dieta de los lectores de Hinojo y la zona: una antigua tradición india, otorga a esta multifacética plantita silvestre el rótulo de “perla de los afrodisíacosâ€, formando parte de pócimas y mezclas supuestamente excitantes. Esta creencia también caló hondo entre los romanos.
Por último (y tratándose de seres humanos), no podía estar ausente en el uso de algún procedimiento aberrante y fue entonces que durante la Edad Media el Tribunal eclesiástico de la Santa Inquisición, incineraba en la hoguera a los homosexuales. Pero a esta gente, aparentemente les parecía insuficiente el sufrimiento que padecía el pobre infeliz al que prendían fuego, porque para que durara un poco más, les cubrían los cuerpos con hojas frescas de hinojo. Así prolongaban el martirio.
Debido a este acto criminal, en Italia se utiliza actualmente el insulto “hinojo†(finocchio) refiriéndose a los hombres afeminados u homosexuales.
Ahora que repasamos las muy diversas cualidades que se le atribuyen a la plantita de hinojo, vamos a tratar de aportar la parte que nos corresponde como olavarrienses y atribuirle otra función, la de documento de identidad de un pueblo.
ANTECEDENTES
Para tener algunos datos básicos que nos lleven hacia la fundación de Hinojo con cierto conocimiento previo, digamos que hasta 1876 el indio había sido un estorbo para “el progresoâ€, según los intereses de los estancieros. Pongo entre comillas, porque quienes ejercían la mayor presión para que los nativos fueran echados o extinguidos, eran los grandes terratenientes y el Ferrocarril del Sud, quienes una vez logrados sus objetivos se dedicaron a lucrar para su propio peculio y olvidaron el proclamado bienestar social
Esta presión terminó en la famosa “Campaña del Desiertoâ€, llevada a cabo por Roca, a través del apoyo monetario de los grades influyentes, quienes compraron inmensas extensiones de tierras (habitadas aún por las tribus) a muy bajo costo para financiar dicha gesta. O sea, le pagaron al gobierno para que este desalojara a sus verdaderos propietarios por la fuerza. Y el gobierno se inclinó ante los poderosos y se ensañó con los más débiles (una película repetida).
Por otro lado estaba el Ferrocarril del Sud, al que lo intranquilizaba la idea de no poder unir los puertos de Buenos Aires con el de Bahía Blanca, porque en su trayecto se encontraba asentada la tribu de Catriel.
El fundador Angel Bardi y su nieta.
En el caso de los ingleses, a ellos solo les interesaba el tren de cargas que le permitiera sacar la riqueza del país a bajo costo y por cualquiera de los dos puertos, aunque la excusa pública era la imposibilidad de hacer llegar el transporte de pasajeros a la campaña porque los nativos lo impedían. La realidad marcó después otra cosa y como ejemplo claro, digamos que mientras a Olavarría el tren de pasajeros llegó en 1883, el de carga ya circulaba desde 1880 y a un precio “leonino†que provocaba la queja de quienes debían usarlo en lugar de los carros y carretas.
El aporte “gratuito†del Ferrocarril a la campaña del desierto, fue el transporte de tropas y materiales hasta Azul y la colocación de la línea telegráfica que comunicaba Buenos Aires - Azul.
Culminada una parte de “la limpieza†en 1876, una gran extensión de tierra que ocupaban los nativos fue entregada a la colonización. Así, prontamente nuestra zona de serranía se fue cubriendo primeramente de Rusos- Alemanes y explotadores de canteras, que se mezclaban con inmigrantes de otras nacionalidades y los infaltables “rapiñeros†que hacían negocios de tierras para personas de las grandes urbes como La Plata o Buenos Aires, que nada tenían de colonos.
EL PIONERO ANGEL BARDI
En ese contexto aparece un Genovés, Nacido en Rapallo, Italia el 1 de noviembre de 1948, llamado Angel Bardi. Para hablar sobre él vamos a tomar el siguiente extracto del excelente libro “100 años de Hinojoâ€, escrito por Ramón y Guillermo Diorio en 1987:
“A los 27 años, este italiano emprendedor se embarcó para América con destino a la ciudad de Buenos Aires. Había sido recomendado por el Ministro Plenipotenciario de Italia en Argentina. Como no pudo encontrarse con este, pues le informaron que había viajado a Norteamérica y encontrándose sin apoyo, no tuvo otra alternativa que enfrentar solo la situación y salió en busca de trabajo.
Alguién lo interesó en viajara Tandil, en donde encontró ocupación como ayudante de pintor de quién estaba encargado de refaccionar la iglesia. De allí se trasladó a Olavarría y con sus ahorros y la participación de un socio, instaló un pequeño almacén.
Luego pasó a Azul, de donde tuvo que emigrar, estableciéndose en las proximidades de la entonces “Colonia Hinojoâ€.
HINOJO SEGUN SU FUNDADOR
En 1929, Angel Bardi, ya octogenario, brindaba algunos detalles de la fundación de Hinojo y de los primeros pobladores:
“Llegué a lo que hoy es Hinojo, si mal no recuerdo, en marzo de 1883 y comencé a levantar una casilla de madera frente a la salida de la actual estación del Ferrocarril Sud. En el mismo sitio que ocupa hoy el “Argentino Hotelâ€. Terminada mi pequeña construcción abrí un restaurant, café y billares.
En aquellos tiempos no había ninguna casa por estos alrededores y los terrenos que hoy ocupa el pueblo estaban dedicados a la agricultura.
Esquina de la Escuela 11, pegada a la Sociedad Italiana.
Por esos tiempos las cementeras tomaron impulso y al propio tiempo las canteras de granito del señor Juan Gregorini en Boca-Sierra y las canteras para la cal en Sierras Bayas comenzaron también a extraer materiales para su explotación. Esto trajo como consecuencia un marcado movimiento comercial por el continuo tráfico de carros y obligóme a que agrandase mi negocio con una nueva construcción en material.
La necesidad que sentí para edificar en material, me indujo a que descubriese la existencia de canteras de arena y después de muchas revisaciones, conseguí descubrirla en la chacra del señor Jacobo Meyer, próxima a la Colonia Hinojo, cuyo propietario actual es el señor Eugenio Piaggio.
La chacra de Mayer, anteriormente había sido ocupada por don Enrique Cour, quién desempeñaba las funciones de Intendente de colonización de tierras.
En un pozo abandonado descubrí la arena, llevando en el mismo día una porción al ingeniero que se encontraba en la ciudad de Azul dirigiendo la construcción del Ferrocarril de esta a Bahía Blanca, para que una vez probada informase si podía suplir a la de Montevideo en las construcciones; echo el experimento me encargó el envío de 10 chatas de ese material que debía ser aplicado en las obras destinadas a las estaciones.â€
“Seis meses más tarde (de su llegada a Hinojo), llegaron unos nuevos vecinos: los señores Antonio Rizzi y Santiago Brizzio, quienes edificaron una casita junto a la vía del F.C.S. en el paraje que hoy ocupa el local alquiladpo por la Sociedad Italiana. Después llegaron Don Luis Giffoni, Juan Balbi, Teófilo Fischer, Fernando Pilotta, Pedro H. Panizza, Eduardo Bernasconi, Eugenio Piaggio y sucesivamente muchos otros antiguos vecinosâ€.
EL DECRETO DE FUNDACION DE HINOJO
El 15 de enero de 1887, Hinojo quedaba fundado oficialmente en un decreto firmado por el gobernador Carlos Alfredo D’Amico, que expresaba:
La Plata, Enero 15 de 1887
Vista la voluntad de David Spinetto y Angel Bardi, pidiendo autorización para formar un pueblo en terrenos de su propiedad en el lugar denominado Hinojo, Partido de Olavarría, y considerando, que es de utilidad pública la formación del pueblo que se propone y en atención a lo informado por el departamento de ingenieros, el P.E.
DECRETA
Art 1º - Autorízase la fundación de un pueblo en el lugar denominado HINOJO partido de Olavarría.
Art 2º - Quedan aprobados los planos presentados para su formación.
Art 3º - Por la escribanía mayor de gobierno, se extenderán las escrituras a favor del estado de los terrenos destinados a Plaza, Casa Municipal, Policía e Iglesia y a favor del consejo de Educación, los destinados a Escuelas.
Art 4º - Comuníquese, etc.
Carlos A. D’Amico
EL NOMBRE DE HINOJO
Según las palabras del propio fundador el nombre de Hinojo viene: “Por una antigua costumbre. Primero decíamos el hinojal a las proximidades del arroyo cerca de la chacra de Don Domingo Rey, por la gran cantidad de Hinojo que crecía allí: de eso proviene el nombre de Hinojo que hoy lleva el pueblo.â€
EL PRIMER EDIFICIO PÚBLICO: UNA ESCUELA
Continuando con el relato que hiciera Angel Bardi en 1929, vamos a recordar su comentario sobre la primera escuela:
“El primer edificio público fue una escuela construida por el vecindario en 1885 y cuyo local ocupa hoy la escuela número 10. Recuerdo que la primera maestra de esa escuela fue la señora Petrona Reynoso de Giménez.
La Nueva, almacén de ramos generales (1945).
Con anterioridad el cura Castro Rodríguez me hizo alquilar para escuela durante cuatro meses, la casa de don Fernando Pilotta, pero a ella no concurrió inscripción alguna; reabriéndose más tarde, mientras se terminaba la edificación de la escuela 10â€.
Juan Angel Bardi, el fundador de Hinojo, volvió a Italia durante 1888 para contraer matrimonio con su prometida Teresa De Martini. De esa unión, nacieron en Argentina cuatro hijos: María Magdalena, Ana Clotilde, Juan Angel y Francisca Magdalena.
Falleció a los 91 años, el martes 6 de febrero de 1940 en Hinojo.
Y hasta aquí llegamos con las Historias Hinojo, de la plantita y el fundador, si quiere conocer y ver algunas cosas más de la localidad, no deje de concurrir al museo de la localidad, instalado en la vieja estación de trenes y allí podrá observar el extraordinario trabajo que viene realizando Maribel García, rescatando la memoria de los pueblos. Como encargada del lugar actúa Cecilia Roth (no confundir con la actriz), que le explicara con propiedad lo que ustedes quieran saber.
Si quieren leer las más de veinte historias sobre Olavarría publicadas desde abril de este año, los espero, como siempre en www.historiasdeolavarria.blogspot.com, para que pueda compartir, opinar y sugerir, como lo hacen más de mil personas cada mes.