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El filósofo José Pablo Feinmann se presentó en el Salón Rivadavia donde brindó una charla invitado por los diputados Alicia Tabarés y Raúl Pérez. El salón se mostró colmado de asistentes que ocuparon todos los espacios disponibles, y obligaron a abrir un telón para habilitar mayor lugar.
La conferencia fue auspiciada por la Facultad de Ciencias Sociales de la Unicen, el Municipio local y el Grupo de Estudios Políticos y Sociales de Olavarría, y su tema central fue “Claves para el Bicentenario: modelo nacional y métodos de acumulación de poder y consensoâ€.
Tras la presentación de Tabarés, Feinmann inició una exposición desde el festejo del centenario de la Revolución de Mayo, cómo llegó económica y políticamente el país a ese momento en 1910, y lo contrapuso a los festejos del bicentenario realizados semanas atrás, masivos e integradores: “perdió la selección, pero ganamos el bicentenarioâ€, inició el escritor su discurso.
A lo largo de dos horas se refirió a las distintas etapas de la historia argentina y el contexto mundial con la llegada inmigrantes, el nacimiento de la clase media, el ascenso del radicalismo al poder y su caída tras un Golpe de Estado, y el nacimiento de la clase obrera y la capitalización política del sector que impulsó Juan Domingo Perón desde 1943.
José Pablo Feinmann definió a Perón como un “creador de poderâ€, porque “vio al sujeto nuevo de la historia: un clase trabajadora postergada que había venido a la ciudad a trabajar en la industria livianaâ€. A continuación se refirió a la figura de Eva Perón y a la salida del presidente en 1955. Pasó así a lo sucedido en 1974 con el regreso de Perón a la Argentina y a la transformaciones que sucesivamente sufrió el partido, “no hay que dejar que el peronismo se vuelva un aparato. Surgió con un origen revolucionario y es ése el peronismo que uno quiereâ€, afirmó.
En este sentido, consideró que el “segundo centenario llegó con el peronismo revitalizado, agrediendo a los sectores poderosos que están sostenidos por el imperialismo mediáticoâ€. Y expuso su interpretación de esta nueva etapa del capitalismo que denominó “imperialismo bélico comunicacional†en el que “lo mediático se propone sujetar a los sujetos. Ideologizarse idiotamente, ver basura, ése es el poder comunicacionalâ€. Sobre el tema avanzó, “el poder mediático ideologiza a través de todos los medios. No necesita torturar, reprime a través del goce, entretiene tanto que anulaâ€.
A esta consideración de anulación de la crítica del sujeto Feinmann la personalizó en programas televisivos nacionales, y mencionó a Marcelo Tinelli con sus shows de bailarines, “lo que se impuso en el sistema capitalista mundial es la ideología del culo. Hay una cuestión de asexualidad, es igual para varones que para mujeres. Esta indiferenciación hace a un vale todo: el capitalismo lo incluye todo y lo valida todo. Lo que no te dejan es tocar la billetera, la riqueza no se democratizaâ€, cuestionó.
Contextualizó al capitalismo como un sistema que “no le importa el planeta, le importa que las industrias no se detengan†y en ese régimen “los medios son el gran poder del imperio. Hacen la guerra con armas y con medios de comunicaciónâ€. En esa situación (y tras citar al filósofo francés René Descartes quien dijo “yo dudo de todoâ€) convocó a “la lucha: acceder a la conciencia crítica, conquistar la lucidez y decir simplemente noâ€.