Además, los expertos anticipan que estas condiciones extraordinarias podrían persistir hasta los primeros meses de 2025, exacerbando los efectos del cambio climático en todo el mundo.
Durante 2024, los eventos climáticos extremos fueron una constante. Estas catástrofes causaron miles de muertes y dejaron en evidencia, según estudios científicos, la clara influencia del cambio climático provocado por actividades humanas. Entre ellas ocurrieron:
- Sequías severas en Italia y Sudamérica.
- Inundaciones mortales en Nepal, Sudán y Europa.
- Olas de calor devastadoras en México, Malí y Arabia Saudí.
- Ciclones destructivos en Estados Unidos y Filipinas.
A pesar de los compromisos internacionales para llevar las emisiones de carbono a cero, las emisiones globales de dióxido de carbono alcanzaron un nivel récord en 2024. Este aumento se debe a la dependencia continua de los combustibles fósiles y las dificultades para implementar políticas efectivas de transición energética a escala global.
El crecimiento de las emisiones no sólo complicó el cumplimiento de los objetivos establecidos en el Acuerdo de París, sino que también intensificó los efectos del cambio climático, como olas de calor, sequías y fenómenos meteorológicos extremos. Según expertos, reducir las emisiones es fundamental para evitar que las temperaturas globales sigan aumentando de manera descontrolada.
Por otro lado, el fenómeno climático de La Niña podría aparecer en 2025. Este evento natural, caracterizado por un enfriamiento temporal de las aguas del océano Pacífico, tiene el potencial de moderar las temperaturas globales durante un corto período. Sin embargo, este alivio sería momentáneo y no afectaría la tendencia general de calentamiento global impulsada por las actividades humanas.
Los científicos advierten que, incluso en un escenario de menor calentamiento debido a La Niña, el planeta seguirá enfrentando temperaturas peligrosamente altas. Estas condiciones aumentarán la frecuencia y severidad de eventos extremos como incendios forestales, huracanes más potentes y la pérdida acelerada de glaciares.