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“Maxi” Rosas y una pasión que lo llevó a estar entre los mejores del país

Maximiliano Rosas es mecánico de motos, oriundo de Las Flores pero residente en Olavarría y llevó a la Ciudad a los escalones más altos del país en las competencias de picadas a finales del 2022.

En diálogo con Infoeme, Maximiliano Rosas explica su profesión, la pasión por las motos y su aparición en las competencias de picadas donde sus motores lograron destacados resultados a nivel nacional.

 

Este año que pasó decidimos ir a competir a Buenos Aires que ahí es el tope, como los autos van al Gálvez, las motos van a Wilde y fuimos con dos motos y con las dos tuvimos resultados que no podíamos creer”, comenzó diciendo Maximiliano Rosas en su amplio taller y contó que “yo corrí en una categoría, pero también tuve un piloto experimentado para poder lograr lo que logramos que no lo puedo ni creer. Nos fue mejor de lo que yo pensaba”.

 

Resulta que, “Maxi” Rosas decidió hace varios años dedicarse a la preparación de motores de motos y también a ser parte de competencias de picadas y en el 2022, terminó haciendo el mejor del país en la categoría Chasis y el segundo mejor en la categoría Twister Libre a carburador.

 

 

Pero para llegar a ser el mejor de la Argentina, el motorista rememoró sus inicios en el autódromo Hermanos Emiliozzi y aseguró que ya no compite en la Ciudad “porque no me llevó con la organización, para mí son un fraude y no valoran el trabajo y la dedicación del piloto y el preparador”, contó los títulos que logró en las diferentes categorías preparando motores para deportistas de todo el país y no se olvidó de mencionar a su esposa e hijos que lo acompañan en esta pasión.

 

Los inicios, Olavarría y un amor que se transformó en trabajo

 

“Maxi” no es de Olavarría, junto a su esposa llegaron desde Las Flores a la Ciudad para que ella complete los estudios terciarios y acá nomás se quedaron, formaron una familia e instalaron un taller y comercio dedicado a las motos, pasión que acarreó desde su infancia y que poco a poco se transformó en el sustento de la familia.

 

MR Olavarría es sinónimo de motos, es encontrar siempre charla, muchos trofeos y anécdotas, pero es también dedicación y muchas horas: “Por suerte el trabajo nos sobra, por mí estaría 15 horas acá adentro porque acá en el taller hacemos todo, no mandamos hacer nada” y aclaró que  “lleva meses hace un motor, es a prueba y error”.

 

Con pandemia y todo nosotros seguimos, la rompimos porque la gente laburaba y en un momento era todo moto-mandado, asique nos ingeniamos para poder estar disponibles”, sostuvo el deportista que sufrió varios accidentes, pero uno de mucha gravedad para el cual necesitó de meses de recuperación por varias fracturas de costillas incluidas.

 

 

Sobre su labor y los trofeos obtenidos en el picódromo de Wilde, Rosas aseguró que “llevar las motos a lo más alto del país es un logro de todos, de mi familia, de mis amigos y hasta de los vecinos que me bancan cuando tengo que “banquear” porque vibra hasta el almacén de la esquina”.

 

Las picadas, un récord y un sueño

 

Empezamos a competir en la Ciudad, se fue agrandando esto. Hice siempre las dos cosas, correr y armar motores”, dijo el papá de tres hijos que crecieron con las motos como parte de la familia.

 

Su labor le llevó a preparar motores para pilotos de todo el país, además de los propios que le permitieron el pasado año lograr “siete trofeos en siete carreras,  nadie hizo este récord, el mejor tiempo de Wilde del año en chasis y el segundo en Twister”.

 

Pero los récords en el circuito más importante del país se suman a la larga lista de trofeos que se exhiben en el galpón, el comercio y por el resto de la casa porque “acá, como preparador, somos los más campeones del autódromo y después llegamos a Wilde, algo que nunca imaginé”.

 

 

Los tiempos logrados que se ubicaron entre los mejores del país fueron de 6.81 en 201 metros con una moto que luce en el taller toda desarmada producto de un choque y de 7.16 con la vistosa Lucifer, nombre del rodado que se muestra al ingreso del comercio.

 

Dejamos a Olavarría en el motociclismo de picadas en lo más alto a nivel país. Hicimos historia y cuando ganamos fue una emoción muy grande”, dijo el fundador de MR Olavarría.

 

Logrado el tiempo que siempre soñó, el futuro inmediato lo encontrará trabajando, pero más tranquilo “porque pasamos días acá adentro”, pero no quita la ilusión de llegar a Velopark, el circuito más importante de Sudamérica: “Sería un sueño poder presentarnos allá, porque es el top y sé que no estaríamos mal en tiempo pero es una fortuna poder llegar”.

 

El apoyo que no es y la necesidad de lograr colaboración

 

Codearse con los mejores del país no resulta barato y con todo el esfuerzo que conlleva, el florense manifestó que el apoyo no abunda, los recursos son limitados y la plata es escaza.

 

Cuando ganamos, lloramos desde allá hasta acá, porque son motores que valen mucha guita, llevan mucha dedicación y no tenemos para quedarnos a dormir. Vamos solos, el piloto, yo y mi hijo más chico que analiza todo”, contó el mecánico que también aseguró que “no tenemos los recursos que deberíamos tener”.

 

Sin embargo y con toda la dedicación que llevó construir primero el espacio ubicado en Pueyrredón y Santa Cruz, el tiempo que le dedica aún en la actualidad, el esfuerzo que hace para cumplir con sus obligaciones laborales y familiares y los logros recientemente obtenidos, Maximiliano Rosas no descarta la posibilidad de que el apoyo económico aparezca y MR Olavarría suene, alguna vez, en Brasil, el circuito al que todos anhelan llegar.

 

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