La Facultad de Ingeniería (FIO) diseñó una camilla de rehabilitación para el Centro Olavarriense de Rehabilitación Psicofísica Integral (CORPI) que es única a nivel país. Los ingenieros: Roberto de la Vega, desde la academia y Horacio Balbiani, presidente de la institución explicaron la importancia que reviste este avance de tecnología médica.
Se trata de una camilla bipestadora diseñada por investigadores de la FIO, que permitió mejorar los tratamientos de rehabilitación en pacientes con patologías de miembros inferiores.
“Como institución es un orgullo poder tener equipos que los pacientes necesitan para aplicarlos a las terapias y es un orgullo poder sentarnos con la Facultad de Ingeniería que nos acompaña con el conocimiento para aplicarlo”, expresó el ingeniero Balbiani.
Actualmente este tipo de camillas no se fabrica en Argentina y las existentes están hechas a medida de determinados pacientes, pero el resto se importa, lo que pone en valor el rol estratégico de la FIO en cuanto al desarrollo de dicha tecnología médica.
En esta iniciativa, la Facultad aportó la capacidad técnica a partir de la participación de los docentes Pedro Pablo Escobar (bioingeniero), Roberto Leegstra (ingeniero electromecánico y en Seguridad e Higiene en el Trabajo), Silvano Renato Rossi (doctor en ingeniería eléctrica), Raúl Romero (ingeniero Electromecánico) y Franco Emmanuel Déber (licenciado en Tecnología Médica). Además, de dos alumnos tesistas que se sumaron al diseño de los primeros prototipos como parte de su proyecto de trabajo de fin de carrera.
Por su parte, CORPI dispuso el conocimiento médico y la demanda puntual, al tiempo que la empresa Metalmec realizó el mecanizado de piezas. Con el trabajo conjunto de las tres entidades se construyó un prototipo, el cual fue puesto en valor por la misma institución médica.
De acuerdo a las estadísticas, alrededor del 8% de los pacientes hospitalarios se encuentran en condiciones de ser asistidos por este tipo de tecnologías específicas, que mejoren tanto la calidad de vida del paciente como la calidad de la atención médica, con lapsos más cortos de recuperación y capacidad de medición cuantitativa de la mejora durante el proceso de rehabilitación.
Estas terapias de rehabilitación demandan la incorporación de equipamiento avanzado para poder cuantificar el efecto en el paciente y mejorar la efectividad de las mismas, mediante la medición de los esfuerzos de apoyo de cada pierna y la medición del ángulo de inclinación.
Este proyecto facilitó la rehabilitación de patologías de miembros inferiores con una medición cuantitativa del proceso que permite conocer el estado actual y la evolución de los pacientes durante el tratamiento.
Es un prototipo “completamente funcional que permite realizar todas las acciones de manera automatizada y que transmite las mediciones vía bluetooth a una aplicación para dispositivos móviles, pudiendo registrar todas las mediciones efectuadas de manera histórica para cada paciente, llevando un registro de cada sesión de terapia”, explicó el bioingeniero Pedro Escobar.
Además, este desarrollo generó un producto que puede insertarse en el mercado de la tecnología médica para rehabilitación dado que no existen equipos con las mismas prestaciones en el país.
“El paciente se acuesta y tiene dos balanzas. A medida que se va inclinando mide cómo se distribuye el peso del cuerpo entre dos piernas, si están equilibradas o no, y van cambiando el ángulo. El médico puede ver no solo diferencia de peso sino el ángulo y transmitirlo al celular mediante la aplicación desarrollada. Sirve para ver evolución de tratamientos de rehabilitación”, indicó el ingeniero De la Vega, codirector del equipo de investigación que ideó la camilla.
Segundo intento, optimizado
La camilla bipidestadora de CORPI se desarrolló desde la FIO en el marco del Programa Consejo de la Demanda de Actores Sociales (PROCODAS) del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación y se presentó ante la Sociedad Argentina de Bioingeniería (SABI).
El IDEB (Instituto de Desarrollo Económico Bonaerense) financió la propuesta que por su diseño utiliza sensores que permiten medir la fuerza que realiza la persona en cada pierna, dado que una persona en recuperación debe hacer depende del ángulo de inclinación, con estas incorporaciones se puede medir el efecto de la terapia de recuperación en el tiempo, a medida que el paciente mejora su fuerza y recupera el tono muscular.
La camilla de bipedestación “puede sensar variables de interés médico como el ángulo de bipedestación y el esfuerzo individual de apoyo de cada pierna, esto es algo que ninguna camilla del mercado internacional realiza, por lo que supone una innovación importante en el campo de equipamiento médico para asistencia a la rehabilitación y porque introduce un nuevo equipo en el mercado mundial de dispositivos médicos”, remarcó Escobar.
El proyecto surgió antes de la pandemia a raíz de una necesidad de CORPI. Previamente se había hecho una camilla, pero no tenía ángulos de medición así como tampoco comunicación con el teléfono. Ahora se sumó más tecnología y se optimizaron las mediciones.
“La parte estructural la hizo un taller metalúrgico y el software electrónico lo desarrollamos nosotros, mediante un trabajo en equipo donde cada uno aporta lo suyo. Esto es colectivo”, enfatizó el docente de la FIO y agregó: “Surgen estos desarrollos a partir de la propuesta de profesionales nuestros y se hacen productos que no están en el mercado, esto de medir el ángulo y el peso en piernas no estaba”.
Otra ventaja comparativa es que “funciona a batería y se lleva a cualquier lugar, con movimientos graduales y tecnología de avanzada. El uso es cotidiano y sin dudas lo están aplicando”, valoró Balbiani con las expectativas puestas en la camilla inicial, donde la FIO hará una reingeniería para que cumpla la misma función que el segundo prototipo.
Fuente: Prensa FIO.