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Estudiantes a 20 años del bicampeonato en La Liga Nacional

Este 5 de junio se conmemora el 20° aniversario del bicampeonato del Club Estudiantes en La Liga Nacional. La continuidad de un proyecto que gritó campeón.

Un mix de jugadores consagrados, la incorporación de nuevas fichas y la continuidad de Sergio Hernández al frente del equipo fueron fundamentales en la consagración “Bataraz” que este sábado festeja 20 años.

Como cada aniversario, el campeonato “Bataraz” fue recordado por la prensa del ente organizador destacando el proceso a largo plazo y su resultado.

 

 

La nota completa: “El Bataraz vivía sus años de gloria allá por los 2000. Ya había alcanzado su primer título en la temporada anterior y a pesar de que para la 2000/01 no contaba con Rubén Wolkowyski, quien partió directo hacia la NBA, ni con otras fichas importantes como las de JJ Eubanks y Nicolás Gianella, se rearmó para pelear el siguiente certamen con caras nuevas como las de Paolo Quinteros, Gabriel Fernández, Gabriel Díaz y Bryron Wilson. 

Hoy, 5 de junio, se cumplen 20 años de la segunda hazaña de Estudiantes de Olavarría, que a pesar de cambiar algunos nombres dentro del plantel supo mantener su estilo y filosofía de juego para consagrarse con su segundo título en fila. Para adentrarnos en el contexto de aquel certamen, hay que recordar que tuvo un comienzo muy triste con la muerte de Gabriel Riofrío a sus 23 años. El alero se desmayó en un partido y después se comprobó que su muerte fue producto de una arritmia ventricular severa. No fue la única pérdida que el básquet argentino lloró durante aquella temporada. Un día antes de que se disputara el quinto encuentro de la final, Homero Rasch, jugador de San Francisco en el TNA, murió en un accidente automovilístico en la ruta 19. 

Aquel recordado plantel del “Bata” estuvo conformado por integrantes de la temporada anterior, por otra camada de jugadores más jóvenes con gran futuro y por extranjeros que fueron determinantes. Gustavo Fernández, Daniel Farabello, Gabriel Díaz, Víctor Baldo, Gabriel Fernández, Paolo Quinteros, Byron Wilson, Martín Torres, Dwight McCray, Federico Marín, Darío Mansilla, Nicolás Lorenzo, Bruno Ingratta y Trelonnie Owens fueron los nombres que impulsaron al club a su consagración. La primera fase fue pareja pero logró terminar con el mejor récord de la temporada regular con 24 triunfos y seis derrotas, campaña que lo encumbró como el número uno de La Liga. 

Claro que aquel presente de Estudiantes en la Liga Nacional no fue casualidad. Muchas veces mencionamos los procesos a largo plazo pero no nos adentramos en entender cómo fue cada uno de ellos. En el caso del “Bataraz” tuvo que empezar de cero desde que llegó a la primera categoría en 1997, donde se salvaron del descenso. Ya con “Oveja” Hernández a la cabeza en 1998 el plantel fue tomando forma y de a poco, como las piezas de un rompecabezas, todo fue encajando. Sergio había encontrado ciertas fichas interesantes como eran Eubanks y Baldo, más lo que ya se sabía que aportaban el Lobo Fernández, Lolo Farabello, Nico Gianella. Se fueron reforzando ciertos puestos y con el arribo de Dani Farabello, McCray y Wolkowyski, el equipo tuvo calidad y experiencia para dar el salto. Todo comenzó a fluir a partir de esa fórmula creada por el cuerpo técnico. Se logró el primer título y, aunque nuevamente se tuvo que reconstruir para la temporada siguiente, ya tenía una base de jugadores que se potenciaron a partir de aquellos puestos vacantes. 

Para afrontar las instancias de Play-Off de La Liga y la final de La Liga Sudamericana, el conjunto de Hernández contrató a Owens, quien ayudaría al equipo en el juego interior. Luego de adueñarse del Panamericano de Clubes ante Aguada, el “Bata” se metió en los cuartos de final con un nuevo pergamino en su carrera ascendente: el título de La Liga Sudamericana frente a Gimnasia. Ya en los cuartos de la Liga no tuvo problemas para dejar afuera a su par de Bahía Blanca por 3 a 0 para meterse en una nueva semifinal ante Boca, al que vencería en la serie por 3 a 1.

Federico Marín fue otro de los protagonistas de aquellos años gloriosos para Estudiantes: "Teniendo la fórmula ganadora confirmada, solo bastó seguir perfeccionándola, ajustando ciertos lugares que habían quedado flojos por las partidas de Nico, Lolo, Eubanks y el Colo; pero eso simplemente hizo que la llegada de Paolo Quinteros, Gaby Díaz, Byron Wilson y G. Fernández pusiera a Estudiantes en el podio de los equipos más prestigiosos de la historia del básquet, no solo argentino sino también a nivel internacional. A mí gusto ese Estudiantes del 00/01, junto al Atenas del ´97, fue uno de los equipos que más me gustó ver jugar". 

Desde la década de los noventa, Estudiantes se ganó su lugar de prestigio en las competencias nacionales. A los dos títulos consecutivos en La Liga hay que destacar otros como el Torneo Panamericano de Clubes (2000), la Liga Sudamericana (2001); una Copa de Campeones (2000) y más adelante, el Torneo Top 4 (2002). Resultados y títulos acorde al proyecto a largo plazo que se fue gestando desde 1998. 

"Cuando obtuvimos el primer puesto tras ganarle a Boca se festejó mucho y a partir de ahí tenía un convencimiento tremendo de que íbamos a ser campeones. Los entrenamientos eran fuertísimos, sabíamos lo que nos estábamos jugando. En uno de ellos, Chila McCray saltó en un rebote, cayó y pegó un grito. Nos asustamos. Estábamos todos preocupados. Fueron todos a socorrerlo. Cuando lo levantan, le pregunto si estaba bien y me dice "si tranquilo, ya entrené demasiado, tengo que rendir el viernes". Sergio ya le había sacado la ficha de que estaba actuando y que estaba cuidando el cuerpo, después el viernes la rompió toda como hacía él", recuerda una anécdota entre risas Marín. 

En la final lo esperaba Libertad de Sunchales. Los "Tigres" se encontraban en una situación de desventaja no solamente porque el de Olavarría era el favorito de la serie, sino porque además no contaban con los extranjeros Terrel Baker y Evric Gray. Libertad logró incluir a Gabriel Mikulas para acompañar a Carter pero fue muy difícil contrarrestar la solidez de McCray-Fernández, y el juego interior de Baldo y Owens. Los de Olavarría sumarían el primero en casa (111 a 100) pero perderían el segundo (85 a 84) porque con 12 segundos por jugar, Lobo Fernández perdió el balón que recuperó Ceruti, a quien le cometieron falta y con un lanzamiento libre convertido le dio a su equipo la victoria por un punto. 

Gustavo “Lobito” Fernández, jugador presente en la temporada anterior y en aquella edición también, rememora aquellos partidos con Estudiantes y la convicción con la que llegaron a la gran final: “Ganábamos cómodos y muy bien y además se nos dio la posibilidad de ganar otros torneos antes de llegar a la final. Creo que Libertad no tenía ninguna chance con nosotros por todo lo que habíamos cosechado en el transcurso de la temporada, el momento que se presentó la final era saber por cuánto ganábamos. En el segundo partido perdemos y la última pelota de ese partido la pierdo yo, entonces me quedó una sensación tan amarga. En Sunchales tuve la suerte de revertir esa situación, jugando bien para traer el partido a casa”.

Ya de visitante obtuvieron el tercer y cuarto juego (100 a 83 y 96 a 81), para llevar nuevamente otra final al Maxigimnasio. Estudiantes logró el bicampeonato, luego de vencer al conjunto liberteño por 132 a 99. El "Bata" terminaría con la mejor ofensiva de la temporada con un promedio de 97.0%. El potencial del conjunto de Olavarría era enorme. Múltiples variantes, jugadores que conocían muy bien su rol, con la conducción de Fernández, más velocidad con Dani Farabello, con Quinteros y Wilson de compañía, una defensa férrea y una gran solidez en la pintura con McCray, Gabi Fernández, Baldo y Owens. 

Otra de las palabras autorizadas para hablar de aquel hito tan importante en la historia del Bataraz es la de Gabriel Fernández: "Creo que fue una temporada muy buena, donde veníamos ganando campeonatos y La Liga era la frutilla del postre. En lo personal fue un año espectacular, por los triunfos y por haber jugado de titular, donde venía a reemplazar a Wolkowyski, que había ido directamente a la NBA. Primero pensé que iba a sentir presión pero el equipo y el tener grandes compañeros me ayudó. Fue un momento determinante la semifinal, porque en la final se van dos extranjeros de Libertad y es como que se desinfla con los nacionales solos. Veníamos con una química de equipo impresionante. Realmente nosotros hicimos todo lo que teníamos que hacer para ganarla. En la Semis perdimos con Boca el segundo, yo me quería matar porque venía de Boca y tenía esa competencia en la cabeza de demostrarle a mi equipo que me había dejado ir que se habían equivocado. Hicimos un clic, teníamos que ganar como sea de visitante. Fuimos a buscar los dos, yo era el que más preocupado estaba porque no quería perder contra ellos. Ganamos los dos, creo que fueron mis dos mejores partidos del año, había que ganar y demostrar, terminé en un nivel muy bueno en lo individual".

El "Bataraz" siempre será recordado por la huella que dejó en nuestra Liga Nacional, años de gloria donde fue protagonista tanto a nivel nacional como internacional con la convicción de ganar, el juego colectivo, un plantel rico y con diversas variantes, todo bajo la conducción de un entrenador como Sergio Santos Hernández que también creció con la competencia a la par en la dirección técnica en cada uno de estos procesos al frente de Estudiantes”.

Fuente: Prensa AdC // La Liga  

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