“La justicia es tan lenta que hace que pierdas hasta la noción del tiempo”, dijo y el derrotero de la causa de su hermano le da la razón. Fernando Palahy fue asesinado a fines de junio de 2016 y el juicio por ese hecho llegará recién a mediados del mes que se avecina. Será, precisamente, a partir del 19 de marzo en el Tribunal Oral en lo Criminal N° 1 de Azul bajo la modalidad tradicional.
“La expectativa es la de siempre, que quede en cana, que no salga más de ahí”, narró Pablo Palahy a Infoeme acerca de cómo espera el desenlace de esas audiencias. Por el hecho se encuentran imputados Alejandro Pais y Walter Ariel Leal, pero es a este último al que la investigación ubica disparando contra la humanidad del comerciante aquel mediodía de junio en la despensa del barrio Trabajadores. La particularidad es que, si bien está tras las rejas, su detención responde a otra serie de hechos que cometió tras ser excarcelado por el crimen.
Pablo recuerda como si fuera hoy el momento en el que reprochó a los cuatro vientos la medida dispuesta por los camaristas azuleños. Recuerda aún más cómo les dijo que eso iba a pasar, que si lo liberaba iba a volver a delinquir y el tiempo le dio la razón sólo en cuestión de pocas horas. “Si fuera por lo de mi hermano estaría afuera el tipo, habríamos estado más de dos años conviviendo con el delincuente”, subrayó.
La pregunta, sin dudas, que rodea a toda la causa es si una resolución similar podría darse en el juicio oral. El hermano de la víctima confía en que eso no pasara, “en esta instancia no” expuso, más allá de reconocer que a lo largo de estos años les tocó toparse con varias situaciones inesperadas.
“¿Cuando paramos con esto?”
Pablo Palahy conoce de medios y no lo incomoda estar del otro lado del grabador. No le teme a las palabras y menos aún a las réplicas, aún sabiendo que lo que puede decir no suene políticamente correcto. “Quizás lo diga con dolor interno”, se anticipa, pero luego reclama por medidas concretas, ubicándose del lado de las “drásticas”. “No pueden seguir estando entre nosotros”, expresó.
“Tienen que estar apartados de nosotros de por vida”, reclamó y en el fundamento del pedido no sólo encontró lo padecido por su hermano. Hombre del fútbol, primero desde la cancha y luego desde la cabina, también se vio movilizado por lo sucedido con Luis “pajarito” Silva, una noticia que sacudió a todo el mundo fútbol de Olavarría, ya que estuvo ligado por décadas al arbitraje. “Tienen que estar apartados de la sociedad de por vida. Mañana mata a otro, hoy pajarito, ayer fue mi hermano, ¿cuándo paramos con esto?”, indagó.
Retomando lo sucedido con su hermano expresó que la condena a los acusados “debería servir como lección”. Igual reconoce que no eso no le basta, es consciente que cumplida la pena recuperará la libertad. “Mi hermano no sale nunca más del cajón, esa es la injusticia que yo veo. Mató por que tuvo ganas de matar, son gente que tiene que estar del otro lado de la sociedad, no sé donde, pero no entre nosotros”, subrayó.
El juicio y el recuerdo de Fernando
En principio son tres las audiencias pautadas, pero no se descarta que todo pueda prolongarse aún más teniendo en cuenta las jornadas de alegatos. Lo que sí está confirmado es que todo tendrá como escenario el recinto ubicado en el primer piso del edificio de Justicia azuleño, que se verá presidido por los jueces Gustavo Borghi, Joaquín Duba y Martín Céspedes. La representación de la familia de la víctima es llevada adelante por la doctora Elda Donatelli.
“Es revivir todo de vuelta”, expresó Pablo acerca de las sensaciones no sólo propias, sino también la de los más íntimos. Afirmó que irá al debate, en principio como público pero con la predisposición de sentarse en el banquillo de los testigos si se lo requieren. Optó por responder a título personal cuando se le preguntó sobre el resto de los integrantes de su familia, es dolor grande y pese al tiempo la herida no cierra.
“En el día a día lo recordas con el que es amigo, con los amigos que teníamos en común, que eran muchos. Ya hoy logro recordarlo desde otro lugar, mucho más positivo, no tengo la necesidad de llorar por su ausencia, ya es con una sonrisa, recuerdo las cosas buenas, la positivas”, narró. “Si el dolor no lo convertís no podés seguir adelante, te enterrás en vida”, completó.
“Yo sé que en algún momento me voy a reencontrar con mi hermano”, concluyó.