“Por sólo recuperar algo de lo que es mío”, mencionó en una suerte de búsqueda de respuestas. Por más que lo intente no lo conseguirá, ya que la situación extraña y preocupa en idénticas cantidades. Días atrás, cuando él y su esposa trabajaban, un grupo de jóvenes forzó la puerta de la casa y escapó con todo tipo de pertenencias, desde televisores a una mezcladora, pasando por equipos de música, herramientas y cables. Parte de eso lo recuperó, pero lo que aún no pudo volver a su casa es la tranquilidad y menos aún la sensación de seguridad.
“Acá hay un riesgo de vida, no sé a quién llamar para que entienda”, detalló Rubén Quiroga en diálogo con Infoeme. Tal es la situación que la entrevista estaba pautada en la redacción de este Diario, pero los incesantes ataques no le dieron chance siquiera a sacar el auto del garaje o dejar su casa sola. Tanto el frente de su domicilio como su camioneta hoy lucen las consecuencias de esas agresiones.
Tras la denuncia y posteriores allanamientos todo se volvió una pesadilla y los ataques a pedradas y amenazas son una constante. “Invito a cualquier olavarriense a que se anime y pase esta noche con nosotros”, reclamó a medida que daba cuenta de las reuniones que sostuvo en las últimas horas con autoridades de seguridad, tanto de la comisaría Segunda, a la que corresponde por jurisdicción el barrio Facundo Quiroga II, como de la subsecretaría de Seguridad municipal. Esas charlas suelen tener un denominador común y es el pedido de medidas al Fuero Penal de Responsabilidad Juvenil y a la tan anunciada fiscalía local en esa materia.
Infoeme logró conocer que desde el Ejecutivo local se han realizado gestiones y charlas entre distintas áreas para poder hacer un abordaje multidisciplinario, más allá de las tareas que se vienen realizando en ese punto de la ciudad. Algo similar sucede desde la policía, con refuerzos y patrullajes que también son una constante pero nada parece hacer efecto.
“Necesito que alguien me solucione el problema, no tengo respuestas, no sé qué hacer”, se sinceró. “Tienen una libertad de hacer cualquier cosa que me llama la atención”, fustigó sobre sus agresores y expresó no se trata únicamente de adolescentes, por ser la excusa que recibe cuando se le explica que mucho no se puede hacer contra ellos. “Acá no es menores, es una banda, no es uno o dos pibes, hay mayores y menores”, añadió. “Hace dos días que no podemos vivir”, concluyó.