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Marcelo Oliván - Emilio Moriones infoeme.com / Jorge Scottón FM 90
?Cuánto cuestan cinco minutos y medio con Joan Manuel Serrat, hablados de pie y casi a las corridas, mientras al lado esperan tres comitivas de funcionarios políticos, universitarios y deportivos para homenajearlo? A infoeme.com y al programa “En Línea" les llevó 130 minutos, desde las 19:00 a las 21:10. Es decir, desde antes de que Serrat llegara a Olavarría hasta el preciso momento en que recibió las plaquetas de homenaje, se metió en camarines y diez minutos después subió al escenario.
Serrat a pura risa con las entrevistas escritas: "cuidado cuando lea
esas cosas", le dijo a infoeme.com. Prefiere los reportajes radiales.
Pero lo más costoso del asunto fue, por lejos, la incertidumbre. ?Cumplirían Serrat y sus productores nacionales lo que el catalán prometió para sacarse a la prensa de encima? Lo hizo, breve y conciso, con colaboradores que agitaban las manos detrás para acortar todavía más la entrevista, aclarando que no le gustan los reportajes escritos y en un lugar sin la mejores luces. Pero lo hizo: cumplió su palabra.
Es que los dos medios fueron los únicos que esperaron a Serrat en el aeropuerto, un verdadero páramo que contrastaba con el caminar de la celebridad más reconocida de la canción en castellano. Cuando el taxi aéreo rojo y plateado pisó el suelo del aeropuerto local, la tensión entre los productores nacionales creció y se hizo manifiesta: “si ve eso (el grabador de infoeme.com) te manda al diablo a vos y me echa a mí", le dijo tajante un productor argentino a este Diario On Line.
Igual hubo espera para que decidiera Serrat, y nadie más. De lentes y gorrita azul oscurísimo (el mismo color que pidió para todos los elementos de tela del camarín), caminando lento, al lado del pianista Ricard Miralles y con una campera caqui, Serrat estuvo amabilísimo, saludó a todos los que estaban ahí con un “buenas tardes" individual, sonrió pero cuando se le ofrecieron preguntas ni lo pensó: “ahora no", dijo y ya no hubo caso.
?Dónde entonces? Primero Serrat midió: "?Son ustedes tres?", preguntó, mirando a los dos de este Diario On Line y al radial. Respuesta afirmativa. “Vengan al estadio, después de la prueba de sonido, antes no", fue lo último que indicó él mismo, antes de corroborar. Pareció, en parte, como si saliera del paso y la entrevista pasó a ser mera ilusión. Después la producción nacional cerró todo: el lugar de ingreso, el tiempo de espera, el silencio absoluto en la prueba de sonido, el tiempo de entrevista (“solamente cinco minutos antes de que le entreguen los reconocimientos y preguntas cortas", fue la orden). Todo que sí.
"Lo que más descubro es a mí mismo, permanentemente". Serrat sale
de gira con la misma ansiedad con la que lo hacía 30 a?os atrás.
Después los nervios (la primera parte de la entrevista es la peor, hasta que Serrat y los periodistas entran en confianza), la espera, el retraso, las visitas de último momento y al final sí: Serrat sale del camarín, con la punta de los las manos en los bolsillos del pantalón, sonriendo y saludando varias veces seguidas a cada uno.
Es que Joan Manuel Serrat dice varias veces “cómo le va, pero cómo le va..." a cada interlocutor/entrevistador, tiene buena predisposición, sonríe todo el tiempo y hasta se toma peque?as molestias aunque la prisa sea el gran mandato cuando el tiempo corre hacia el recital.
-?Podemos buscar un poco más de luz, Serrat?, fue la primera pregunta, poco periodística pero muy operativa, para caminar unos pasos fuera de la oscuridad del pasillo.
-Ah... mal sitio para las fotos, ?no?, respondió el catalán mostrando las primeras risas del breve diálogo.
Después se paró entre los tres periodistas. Con la remera negra que usó bajo la camisa a rayas en el escenario, pero con un saco marrón con leves líneas de colores, muy sport, reconoció más al fotógrafo que a los periodistas (“ah, ?cómo estás? ya nos hemos visto en el aeropuerto, verdad...") y se paró casi bajo un tubo de luz, para las preguntas.
-Serrat, uno quiere que Usted se sienta lo mejor posible y a gusto, como en su casa. La duda es cómo hace para no sentirse de verdad lejos del hogar, de tanto andar de acá para allá...
-No tengo ningún truco, la verdad. No sé por qué me iba a sentir fuera de mi casa. Si me sintiera lejos de mi casa, la verdad es que me iría a mi casa. No tengo sensaciones de ese tipo porque cuando salgo de gira salgo con la ilusión de salir, no la de volver, de llegar y encontrarme con gentes y con lugares, conocer nuevos lugares y reconocer aquellos que ya conozco. De descubrir y de disfrutar. Para eso salgo, no salgo con la idea de pensar “me quedan tantos días para volver a mi casa". Sería espantoso.
-Usted al llegar a Argentina matizó las preguntas políticas con respuestas donde hablaba del disfrute con amigos, de la fiesta compartida entre amigos...
-Pero yo no relativizo nada, eh... Contesto siempre todo lo que me preguntan. Pero sí es cierto que si no me divirtiera no me subiría al escenario. En general todos los oficios son duros de hacer a desgana y subir al escenario es un oficio. Hay algunos oficios que son especialmente duros cuando no tienes las ganas porque no puedes esconderte. Son oficios que no permiten esconderte y hay que estar con este roce y este desgaste permanente, que si uno no la disfrutara (chasquea con la boca) sería espantoso... sería muy ?uf!... sería una manera terrible de perder la vida y la vida es corta.
Palabra cumplida, misión cumplida. Dos horas después de frenar a los
periodistas en el aeropuerto, Serrat los recibió cerca del camarín, como había dicho.
-Cuál es la relación de Serrat con las organizaciones políticas. En el Garrahan lo vimos tocar directo para los chicos, sin mediaciones de ningún tipo. Cómo se relaciona con las instituciones.
-Es muy amplio. Con cada quien tengo una relación en función de mi cercanía o mi lejanía ideológica, de acción, de pensamiento. No es uniforme mi relación con los partidos ni con las personas, ni con amigos.
-?Con qué criterio selecciona las canciones de estos show? ?Son las que usted más quiere, son las que cree mejores...?
-No, sobre todo no creo que sean las mejores. Es un repertorio que se mueve dentro de un esqueleto determinado y que yo trato de hacer de una forma equilibrada en función de un criterio como el de un montador de un cine, que elige unos fragmentos determinados de historias, que fueran conectado unos con otros, de alguna manera imperceptible muchas veces. Pero tratando de conseguir unos climas determinados y sobre todo que le den un ritmo determinado al espectáculo.
-Sigue descubriendo cosas del país cada vez que viene a la Argentina...
-Sí. Sigo descubriendo cosas de mí, todo el tiempo...
"Yo tal vez soy representativo de un tiempo, de una forma de pensamiento",
dijo poco antes de que le entregaran las distinciones en el pasillo del Maxi.
-Usted ha dicho que algunas cosas en la infancia, en Beltiche, le modificaron el modo de ver y sentir el mundo...
-(Interrumpe y se ríe) Bueno, lea con cuidado esas cosas...
-Perdón... ?las entrevistas?
-Claro (se ríe más), porque siempre las escribe otro, y yo me alegro mucho se lo juro. Yo normalmente me reconozco mucho más en las entrevistas radiales o televisivas porque no pasan por la mano de otro que traduce.
-Mire que esto va a salir escrito...
-Sí. sí, pero acá Usted me tiene grabao? (se ríe de bueno). Usted... si se fija en las entrevistas a los futbolistas, pongamos por caso, verá y leerá que todos hablan igual. Claro, hablan como el tipo que escribe las entrevistas, eh... A mí me sorprende mucho eso, eh...
-Lo que quería rescatar de eso es que Usted dijo que ciertas cosas de la infancia le modificaron el modo de ver el mundo. ?Qué modificó en Usted el trance de enfermedad a los 60...?
-A mí me ha hecho como soy el camino que he recorrido y lo que me ha sucedido en la vida, como puede ocurrirle a Usted. Como el que nos está leyendo el suyo, esto es lo más natural y aún la vida sigue modificándolo a uno, moldeándolo. La vida es una combustión, al fin de cuentas...
Usted es una persona que está descubriendo todo el tiempo. ?Qué ha descubierto en el vino, en comparación con las canciones?
-Es una pregunta que me hacen muchas veces (se ríe). Una canción pretende ser una obra de arte y un buen vino también quiere serlo. Ambas cosas son generadoras de emociones. Una canción, un poema, una fotografía, un libro, una película, un cuadro. Pretenden generar sensaciones. El vino es arte comestible, o bebestible en este caso, pero a fin de cuentas hay siempre una voluntad creativa detrás de un vino. O al menos eso pretende. Cada uno tiene un sabor distinto. Me encanta el vino y lo mismo descubrir lo que cada vino esconde, que seguramente será un sabor diferente al que tenga para Usted...
-Ahora le están por entregar galardones y le van hacer homenajes. Usted estará habituadísimo a eso, ahora ?en qué vale un galardón? ?en lo que representa para usted, en lo que representa para los demás, en quién lo entrega?
-Cada uno tiene un valor distinto. Hay algunos que tratan, de alguna forma, o vienen muy dirigidos por quien lo hace o por quién o recibe. Otros son conceptos mucho más amplios, porque depende también si el que lo entrega es representativo de una colectividad o representativo de sí mismo. Yo soy representativo de mí mismo o, en todo caso, de un tiempo. También soy representantivo de un pensamiento, de alguna manera, de alguna forma de ver la vida. El que entrega estas historias también debiera ser representativo de aquellos que hace que esté él en esta situación.
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