Por Luciana Pedernera
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Dirigir una Sociedad de Fomento destacada de la Ciudad conlleva un enorme desafío, dedicación, constancia, diálogo, consensos y apertura. Pero entre tanto, un punto fundamental que José Luis Veyrand -presidente de la Sociedad de Fomento Mariano Moreno- define en escasas, pero precisas palabras, la institución como "un bien social, local y barrial".
Llega un nuevo capítulo del segmento "Tu Historia" y en este recorrido desde Infoeme compartimos la experiencia y desafíos dirigenciales, el rol de las Sociedades de Fomento en la actualidad y los cruces de la vida personal frente a una institución que demanda. Un episodio especial, con un reconocido dirigente de la Ciudad, que inspira a los olavarrienses.
José Luis Veyrand llegó a Mariano Moreno como un vecino más de nuestra Ciudad, a sabiendas de su perfil social y el vinculo que tenía con otros hechos lo invitaron a participar de las reuniones de comisión: "Participé seis años y luego empecé la carrera de dirigente, un camino arduo, largo, pero para mí muy motivante", aseguró.
Reconociendo los cambios sociales aseguró que las Sociedades de Fomento "no se fueron del objetivo" y justificó que "el umbral humano no tiene limites". En este sentido, planteó: "Esta es una institución hecha, pensada, desarrollada y ejecutada por vecinos, esa es la gran capacidad de la Sociedad de Fomento Mariano Moreno".
"Mariano Moreno tiene que ser una ala más de la Ciudad", expresó y enumeró diferentes situaciones en las que la institución se volcó a la tarea de estar presente para los olavarrienses: "Cuando la Escuela 50 necesitó un edificio, durante 18 meses fuimos una Escuela Primaria, cuando la Facultad tenia el inconveniente de generar espacios para deportes, encontramos en los gimnasios ser parte o cuando la pandemia necesitó un espacio para los hisopados, el Dr. German Caputto tuvo la llave para ingresar y que la gente no estuviera al aire libre".
Frente a esto último, remarcó el rol de las instituciones con los Gobiernos de turno y consideró: "Siempre deben estar abiertas al oficialismo del momento porque la impronta más grande la tiene la vigencia. Vengo de la última intendencia de Helios Eseverri, pero siempre se acordó una decisión: acompañar a Olavarría en su desarrollo".
Su rol como dirigente
Al momento de problematizar el compromiso que los olavarrienses asumen con las instituciones, sostuvo: "Creo que el compromiso que se ausenta en las instituciones es el dirigencial, el de acompañar el crecimiento dando lo mejor de nosotros sin esperar nada a cambio".
Desde su experiencia como dirigente, reflexionó: "Soy una persona de mucha conducta y tengo un grupo que acompaña en la generación de los objetivos. No participo por el deporte, a mi me gusta más la vida institucional que la infraestructura, sé que no soy una persona para estar en el día a día. Exijo lo que doy y ese es el error. Uno tiene que aprender que uno va a dar de si lo de su corazón, todavía es una etapa a aprender".
Sin embargo, Mariano Moreno le ha dado sobradas muestras del resultado de su trabajo y en ello, satisfacciones de las cuales enumera el desarrollo como la fundamental: "No hay satisfacción más amplia que un dirigente pueda desarrollarse en su ámbito. Mariano Moreno a mi me satisface enormemente. Es un bien local, barrial y social y se pone de manifiesto en cada una de las personas que puede entrar por esa puerta, eso es la virtud de tener la vigencia que tenemos".
"Nosotros estamos en plena expansión, en su momento tener otra sede significó una decisión muy fuerte. Los primeros años no había un consenso. Había que pensar en que la institución tiene derecho a crecer y que los que vienen van a seguir desarrollando cosas, se necesita espacio, para eso había que pensar compartir lo local con un Anexo, llevó muchos años, muchas frustraciones, lo económico es el desafío permanente más cuando le das un tinte social y no privado".
La Familia
El dar para los otros u otras, la vida institucional destinada al compromiso social requiere de una dedicación y un tiempo que va más allá de lo personal. Llega a lo familiar. Para llevar adelante su rol, José admite: "Tomar la presidencia fue una decisión egoísta" y agregó: "No tengo hijos, tengo a mi compañera de muchos años y a mis padres. Siempre hay reclamos, fundamentalmente por los horarios o estas pendiente del teléfono. Eso molesta al circulo, pero creo que esto tiene un nivel de compromiso, la responsabilidad de poder estar a la altura".
"Tenia el desafío de poder desarrollar algo distinto en el barrio, esa era mi motivación, todas las instituciones somos parte de la gran comunidad. Olavarría es una ciudad muy rica por la capacidad de desarrollo e interacción que tiene dentro de las instituciones, crecen con el vinculo y aporte del otro", continuó. Al tiempo que concluyó: "Como dirigente vivo soñando, los dirigentes somos personas que no vamos con la realidad".