Una adolescente fue asesinada este jueves en nuestra ciudad. Morena tenía 15 años, la presunta autora del crimen tiene 18 y hubo otra adolescente de 13 años demorada. Demasiada muerte. Sin embargo, hoy Olavarría amaneció más o menos igual que ayer.
Liliana Schwindt fue una de las pocas referentes políticas que se manifestó ante un hecho de violencia y dolor tan grave. La muerte es muerte, no debería importar nada más.
La ex diputada nacional dijo en su muro de Facebook: “No la conocía, tampoco conozco a sus padres. Y me duele, me duele porque es una niña, me duele porque es una muerte absurda como todas las muertes violentas. Duele porque era evitable y lo que más duele, lo verdaderamente triste, es la apatía de una sociedad. Eso sí cala hondo...”.
La verborragia de Liliana parece traspasar su escritura. Pone de ejemplo lo que ocurre en su propia red social: “De los 4950 contactos que tengo de los cuales 4000 más o menos son de Olavarría, apenas 10 o 15 escribieron algo sobre Morena y su muerte sin sentido” y agregó “Se ha declarado luto por muertos jóvenes de la ciudad porque eran deportistas o pertenecían a determinado círculo...”.
Sin entrar en una competencia de muertes, Liliana se pregunta por qué en este caso no.
“Ella no pertenece a nada, sólo a su familia y su barrio. Su asesina sería otra mujer que antes de este hecho ya dio señales de alerta y nada se hizo. La escuela seguramente habrá hecho lo posible por darle un destino mejor a la asesina de Morena, pero la escuela está dentro de una sociedad y un sistema que deja solos a docentes que quieren cambiar cosas”, continuó.
“No me aguanto la tristeza”, escribió. “Están hablando de cualquier pavada, y están metiendo la cabeza en un agujero para no ver a dónde llegamos como sociedad. No se arregla sólo con esclarecer el hecho y que vaya presa, hay un tejido social roto que hay que recomponer”.