Una olavarriense compartió el calvario que tuvo que atravesar luego de que Control Urbano secuestró su auto “por estar supuestamente mal estacionado”: contó que, cuando fue a retirar el vehículo, tuvo que firmar un documento en el que le hicieron admitir que el rodado estaba “en correctas condiciones” pese a que lo rompieron en el traslado.
Según relató la mujer cuando salió de su domicilio, este miércoles, no encontró su auto y consultando con los vecinos pudo saber que se lo había llevado la grúa. “La infracción también fue injusta pero sería lo de menos. Ahí comienza todo”, aseguró.
Al conocer que su auto había sido secuestrado por personal de Control Urbano decidió buscar en la página de la municipalidad la ubicación del corralón municipal para poder comenzar con los trámites de retiro.
“En la página del municipio dice que la dirección es Bolívar 3158, cuestión que ahí ya no es, voy hasta el corralón que está ubicado sobre Independencia y me dicen que tengo que ir a Control Urbano en el Pickelado” relató la mujer que recibió, además, la orden de ir rápidamente porque el horario de atención era hasta las 14.
Al llegar a la sede del área de seguridad Municipal entregó la documentación correspondiente junto con la Verificación Técnica Vehicular (VTV) que “tal cual aconsejan, se encontraban en la guantera del auto”.
Tras el control pertinente, “llega el momento del pago del traslado en la grúa: $4104”, explicó la olavarriense y detalló: “No se puede abonar allí sino que hay que ir hasta un Rapipago, recuerdo que estaba en el Pickelado y sin auto”. Finalmente el pago lo hizo por la App y envió el comprobante al mail de Control Urbano que, después de tres intentos nulos, fue recibido a través de WhatsApp por la empleada del área.
Con sus papeles en la mano se dirigió al corralón a buscar el auto: “Me piden que firme el retiro y al leer observo que dice que ‘auto está en correctas condiciones’, cabe destacar que al observar mi auto tenía roto un plástico producto del traslado en la grúa, razón por la cual le digo que voy a firmar en disconformidad ya que mi auto estaba roto”.
Sin embargo, el empleado le informó que no podía firmar en disconformidad, pero ella insistió: “Él llama a su superior -una tal Daiana- que le dice que no puedo escribir nada en el papel, que firme o que deje mi auto hasta ir mañana a hacer el descargo en el juzgado de faltas”, contó.
“Le digo que entonces quiero retirar mis cosas del baúl -soy docente y allí tenía mis dos portafolios con las cosas para dar clases-, a lo que me responden que el auto está fajado y que no puedo retirar nada”, continuó.
Los oficiales insistieron con la firma del papel y ante su negativa Control Urbano llamó a un “patrullero” para que le explicarán “las cosas en persona”. “Esta actitud yo la leí como una clara intimidación”, sostuvo la mujer y recordó: “Llega el móvil de Control Urbano con dos oficiales, cabe destacar que muy educados ambos jóvenes, y me dicen que tengo que firmar o dejar el auto, ante esto llamo a mi abogada que me sugiere que la policía haga un acta de lo sucedido para adjuntar a mi reclamo en el juzgado de faltas, pero los oficiales dicen no poder hacer actas”.
“Cuestión, estuve más de dos horas en el corralón, con el empleado y un móvil con dos policías, con mi auto fajado como si fuera una delincuente, sin poder acceder a mis pertenencias y sin más alternativa que firmar y dar aval a algo que no es cierto. Mi auto no estaba en perfectas condiciones”, denunció la olavarriense.
Finalmente accedió ya que no tenía alternativa: “Me presionaron de esta vil manera a firmar algo falaz, realmente me siento defraudada como ciudadana y angustiada al ver que todos los eslabones de la cadena de aquellos que dicen ser justos y defender la justicia están involucrados en algo tan sucio”.