La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la salud mental como “un estado de bienestar en el que la persona realiza sus capacidades y es capaz de hacer frente al estrés normal de la vida, de trabajar de forma productiva y de contribuir a su comunidad”.
En algún punto, la pandemia alteró todos y cada uno de los aspectos que conforman esta definición; por eso, no sorprende que los especialistas estén identificando en nuestro país incrementos en los casos de trastornos de salud mental, con distintos niveles de gravedad.
En el marco del Día Mundial de la Salud Mental, que se conmemoró el domingo 10 de octubre, se alertó sobre el carácter prácticamente epidémico que vienen teniendo los trastornos de este tipo, tales como el estrés, la angustia, la ansiedad o la depresión, con distintos niveles de complejidad y severidad, y los desafíos que representa su abordaje para los sistemas de salud.
Esta propuesta, liderada por la Asociación Argentina de Psiquiatras, integra la campaña de concientización denominada Vacunación, Prevención y Control, que están llevando adelante en forma conjunta 32 sociedades médicas, con la coordinación de la Cámara Argentina de Especialidades Medicinales (Caeme); una iniciativa orientada a promover que no se descuide el buen manejo de las enfermedades, más allá del COVID-19, en este contexto tan extraordinario de pandemia.
Una encuesta realizada por la OMS a mediados de 2020 ya había mostrado que los servicios de atención para los trastornos mentales, neurológicos y por consumo de sustancias se habían visto considerablemente interrumpidos y la pandemia trajo aparejada una ola de trastornos vinculados a la salud mental, tales como estrés, angustia, ansiedad y depresión, que afectó a distintos grupos:
-Población general: por miedo al contagio, angustia y problemas económicos, entre otros.
-Personas que viven solas: por el elevado aislamiento que experimentaron.
-Duelos complejos: quienes no pudieron acompañar los últimos días de alguien o despedirlos como hubieran querido.
-Pacientes recuperados de Covid-19: con variados niveles de secuelas físicas, psicológicas y neuropsiquiátricas.
-Diagnósticos previos a la pandemia: quienes presentaban trastornos antes y su manejo se vio interrumpido o su cuadro se exacerbó por el contexto general.
-Trabajadores de la salud y, particularmente, de salud mental: por su trabajo incansable y silencioso. Se calcula que las secuelas durarán muchos años.
“Todos estos perfiles diferentes nos dan la pauta de que la pandemia ha sumado y sumará una gran cantidad de personas con trastornos mentales a un sistema de atención sanitaria que ya estaba al límite de sus capacidades”, reconoció Ricardo Corral, presidente de la Asociación Argentina de Psiquiatras (AAP).
Además, estudios recientes demostraron que, en este complejo contexto, aquellos sectores de la población que presentan menores recursos económicos, habitacionales y educativos presentan más riesgo de enfermedad y de presentar padecimientos psíquicos.
Para este Día Mundial, el lema propuesto por la OMS es “Atención de salud mental para todos: hagámosla realidad”. Sobre este punto, Susana Baldini, directora Médica de la Cámara Argentina de Especialidades Medicinales (Caeme), destacó que “visibilizar los trastornos de salud mental es el primer paso para que todos como sociedad tomemos conciencia de su relevancia y de la importancia de su adecuado diagnóstico y abordaje integral”.
(Fuente: DIB)