Es bien sabido que en esta cuarentena, la mayoría ha aprovechado para explayarse en el campo culinario.
Iba a decir que la mayoría, menos yo, pero tuve un fallido. Yo también hice uso y abuso del arte culinario. Falta el envasado, pero ¡ya veremos!
En fin... Con este frío gélido, álgido, ártico, polar, invernal que nos está atravesando, me puse a pensar en que uno está calentito, por suerte. Tenemos la estufa prendida, el radiador, la fogata, el fueguito, la parrilla y ¡Uy! ¡Como ayuda cuando prendemos el horno!
El ambiente queda ideal. Te diría que hasta uno siente un exceso de calor.
Bueno y pensando en el horno, se me vino a la mente esta frase que los argentinos usamos bastante: "El horno no está para bollos." Pero el tema es que no pude identificar qué tipo de panificados eran los bollos. Al menos no aquí, en nuestro país. Entonces me puse a leer un poco.
De entrada me sonó a México. En ese viaje familiar, recuerdo que cuando íbamos a buscar pan, no decían "pan" propiamente dicho, sino bollos. Por ejemplo bollos para hamburguesas. Y era nuestro pan para hamburguesas.
En fin, leyendo encontré que bollo se le dice más bien a un panificados dulce, de repostería específicamente. Pueden ser rellenos o no. También fritos. Ahí me imaginé a nuestras maravillosas berlinesas. Sí, sí. Bolas de fraile Sras. y Sres. Aunque más de una vez me hayan corregido y me hayan dicho que estaba mal llamarlas así. Pero... Y si las conocemos así, ¿qué vamos a hacer?
Les acerco la receta, por si quieren seguir incursionando en la cocina, y mucho más hoy que está fresco re fresco, pero a la tarde ¡seguro que van a salir esos mates abrazadores!
Ingredientes:
- 1 kilo de harina 0000
- 1 huevo
- 250 gramos de azúcar
- 1 cucharada de levadura en polvo
- 1 pocillo de aceite
En un vaso activar la levadura por unos 10 minutos, agregándole 1 cucharada de azúcar y agua tibia.
En un bowl colocar el azúcar, el aceite, la levadura activada y un poco de harina.
Revolver y agregar poco a poco el resto de la harina hasta que se pueda amasar.
Formar un gran bollo de masa y dejar llevar por 30 minutos aproximadamente.
Separar en bollos más pequeños y volver a dejar que leven.
En una olla con aceite listo para freír, el cual debe estar aproximadamente a 180 grados, se sumergen los bollos.
El secreto para saber si el aceite está a punto para freír, es introducir un trocito de pan. Cuando se le empiecen a formar burbujas alrededor y se escuche el chisporroteo, dorándolo y dejándolo crujiente, ¡el aceite estará listo!
Y por último, retirar los bollos de la olla, espolvorearlos con azúcar y como bonus, hacerles un pequeño corte y rellenar con dulce de leche o crema pastelera.
De todas maneras, sigo teniendo la incógnita de qué bollos son los que van en el horno, el cual a veces puede que no esté para bollos.
Cuando el horno no esté para bollos, mejor tomarse un tilo, o salir y refrescarse las ideas, que el clima en Olavarría está ideal.
Por
Lucy Yuap