Un vecino de Loma Negra grabó un audio muy disconforme con los comerciantes de la localidad por "el aumento de precios de los comestibles". La nota de voz estaba destinada en principio a los vecinos lomanegrenses pero con el correr de las horas el mensaje se distribuyó más de la cuenta. Infoeme lo contactó para que brindara su testimonio en primera persona y habló de un problema compartido -lamentablemente- por muchos: la pausa de actividades comerciales independientes por el aislamiento y lo cuesta arriba que se hace acceder a compras de primera necesidad.
Pablo es electricista y se le ocurrió alzar la voz tras notar "la viveza criolla" -como él mismo describió- de algunos comerciantes de su lugar de residencia. "Un sábado fui a una despensa a comprar un kilo de yerba y me salió 190 pesos, el lunes volví a comprar para llevarle a mi papá y me lo cobraron 230 pesos. Cómo puede ser que en menos de dos días el precio se haya incrementado así. Hay algo que anda mal, es una vergüenza", comenzó su relato, un relato en el que deja ver su enojo, porque, como a la gran mayoría, "en este momento cuesta todo mucho y más aún si no estás pudiendo trabajar como es mi caso, que lo hago de forma independiente".
Seguidamente puso el ejemplo del valor del precio del litro de leche, que según advirtió en algunos lugares "alcanza a los 90 pesos". Todas sus quejas terminaban en lo mismo: reclamar, alzar la voz cuando notaba una "injusticia". "Lo que yo dije, que terminó compartiéndose muchísimo más de lo que esperaba, es lo que la mayoría piensa pero no manifiesta. 'Cómo aumentan los servicios, se dispararon los precios, todos los días algún comestible está más claro'", enumeró al tiempo que quiso aclarar: "Jamás tuve malas intenciones con el mensaje que quise dar pero sí considero -que más aún en estos tiempos que corren- se controle lo que pasa: si sos carnicero y te bajan la carne todos los días más cara, depende de vos frenar al distribuidor, sino lo que se vuelca en la góndola es inalcanzable".
¿Qué buscó con su mensaje?: "Nunca armar una problemática pero sí que todos nos unamos para decirlo, es un pensamiento compartido y en forma de reclamo. No busco que se multe a los comerciantes pero basta de viveza criolla. Todos quieren salvarse pero no piensan en los demás, hay que dejar de lado el interés personal".
Por su parte "acato las órdenes del aislamiento social, preventivo y obligatorio. Estoy sin trabajar en este momento pero por suerte hace un tiempo logré tener un buen trabajo en Comodoro Rivadavia y sobrevivo con lo que junté allá, que por cierto, si comparo los precios es una amargura, todo es mucho mas barato que acá".
Pablo cree que "todos debemos hacer nuestra parte" y al tiempo que refirió sobre la respuesta o las consecuencias que tuvo su reclamo: "Recibí gran cantidad de mensajes y en la mayoría de apoyo pero también varias personas me pasaron un número de denuncia -que yo no sabía que existía sinceramente- y ahí me di cuenta la cantidad de gente que estaba al tanto de ese canal de reclamo y que no lo usaban, esperaban que yo -como hablé- lo hiciera", sintetizó.
Para cerrar recordó que "al comerciante de la esquina le compramos durante todo el año, vamos a seguir haciéndolo pero es necesario el reclamo si notamos una abrupta suma de precios porque a todos nos cuesta. Hay muchísima gente en la misma situación que yo o peor. La guita no alcanza", finalizó.