“Nosotras estábamos sometidas a la agresión física y verbal de él”, afirmó Virginia Ringelmann, la madre de las dos menores que denunciaron por abuso al cantante Claudio González.
En una entrevista con “En Buena Compañía”, de Cadena 103, la ex mujer del acusado contó las terribles situaciones que vivió junto a sus hijas antes de que se realizara la denuncia que terminó con el cantante preso en la Unidad 2 de Sierra Chica.
“Las nenas eran chiquitas, una de ellas era de jardín”, recordó Ringelmann. Y dijo que n el último tiempo, sus hijas fueron sometidas a “ocho pericias, todas antes de la Cámara Gesell”.
González se entregó a la Justicia luego de que saliera una orden de detención en su contra, acusándolo de abusar de las dos hijas adolescentes de su expareja. Hoy está preso en la Unidad Penitenciaria 2 de Sierra Chica. La denuncia se hizo pública, luego de que una de las adolescentes, que hoy tienen 14 y 17 años, publicara en las redes sociales lo que había vivido durante años, mientras el cantante fue pareja de su mamá. Además de la denuncia pública, las jóvenes, acompañadas por sus padres, radicaron las denuncias en sede judicial.
“Una de las nenas se fue al campo con su mejor amigo y ahí vino la mayor de mis hijas a casa. Me dijo: `Lo vi al abusador González y vine a contarte´”, relató Ringelmann. “Cuando la nena más chica llegó del campo, vino y me dijo: `;amá lo quiero denunciar a Claudio´. Ella no sabía que yo ya lo sabía".
Fue así que comenzó el proceso que culminaría con la detención del cantante, que después de que la denuncia se hiciera pública, llegó a hacer un video en donde se declaraba inocente.
“Ningún abusador dice que es culpable, ni se va a sentir como culpable”, afirmó la madre de las víctimas. "Mi hija contó lo que le había sucedido a sus amigos, ya que no encontraba el espacio para contármelo a mí", agregó.
“Esto fue rápido porque seguimos los pasos legales que había que seguir. Nosotros le dimos las herramientas a la justicia para que actúe como tiene que actuar”, sostuvo Ringelmann sobre el proceso que se inició después de la primer confesión. “La menor de mis hijas, cuando yo me separé me preguntaba si él iba a volver a la casa. Ella sabía que cuando él no tuviera más control en mi casa, esto lo íbamos a hablar”, dijo.
“Siempre hay que alzar la voz, nunca callarse, no te tienen que maltratar. El abusador no es sólo abusador sexual. Una vez que se marcan a uno de estos se lo estás advirtiendo a otras posibles víctimas”, manifestó Ringelmann, convencida de que “el peor error en estos casos es callarse la boca. El silencio es complicidad”.
“Uno no le abre las puertas de su casa a un abusador y les deja a sus hijas para que las cuide. Un abusador no se muestra como tal. Mi hija no salía ni a la vereda por miedo, ellas estaban presas, no él. Espero que pague con tiempo dentro de la cárcel. Estoy orgullosa de mis hijas, siempre hay que decir la verdad. Se puede ser feliz sin pedir permiso a nadie”, concluyó la madre de las víctimas.
Fotos: Cadena 103