Ignacio Cerdera/ Yesica Guevara/ Alexis Grierson
En el primer piso del Palacio San Martín, un nuevo cuadro con el listado de Intendentes de Olavarría fue pintado. Todavía no tiene, claro, a los últimos jefes comunales de la ciudad. Es lo que falta agregar. Mientras realizó las fotos, Ezequiel Galli aclaró: “faltan las dos intendencias de José Eseverri (2007-2015) y las dos mías”. Sonrió. La confianza parece intacta, y si bien son prudentes, el actual Intendente de Juntos por el Cambio tiene la plena certeza de que gobernará la ciudad gracias al apoyo ciudadano.
En una extensa entrevista con Infoeme, recordó a su padre, un “funcionario técnico” que sufrió los vaivenes de la política, su llegada al Palacio, sus idas, vueltas, y su opinión. También, en la previa, se mostró confiado con que “se puede dar vuelta” con Macri y Vidal aunque también se mostró abierto si le toca gobernar con Axel Kicillof y Alberto Fernández.
Cuando el grabador se prendió, recordó sus emociones en la movilización del pasado sábado con el campo. Es duro cuando hace críticas, y es ordenado para mencionar las obras realizadas. El Intendente hizo su balance y pide acompañamiento, y sabe que la del domingo es una elección trascendental.
¿Cómo se diferencia de los otros candidatos y por qué la gente debería elegirlo a usted?
Primero, tengo 4 años de experiencia en gestión. Tuvimos un año de aprendizaje y después pudimos demostrar que tenemos experiencia en gestión, pudimos ordenar los números del municipio, pudimos pasar de un déficit importante al inicio de la gestión a tener 100 millones de pesos de superávit en el 2018. Segundo tengo una formación universitaria, me preparé para esto, tengo un equipo de trabajo que realmente me acompaña, todos están formados, cada uno también fue aprendiendo en el transcurso de esos años.
Lo otro (NdR: la sintonía política en los distintos niveles de gobierno) lo utilizan para tratar de asustar a la gente, de que si no tenés el mismo color político que la gobernación y que la Nación no podés gobernar, eso es una mentira. Olavarría tiene el 90% de los recursos autónomos, tiene un presupuesto importante y si lo aplicas de manera ordenada y transparente, tranquilamente se puede trabajar sin tener el mismo color político.
De todas maneras yo tengo una gran esperanza de que el domingo se pueda dar vuelta el resultado que tuvimos en las PASO. Fue un gran aviso de la gente, entendemos que hay gente que la está pasando mal y entendemos que hay cifras que duelen, pero bueno, también tenemos que celebrar que hay cifras, antes nos mentían todo el tiempo.
Olavarría tiene capacidad industrial y productiva, el campo, la industria, las empresas de servicios, y lo ha demostrado en esta crisis que no ha impactado de manera tan fuerte como en otros municipios. Plata y miedo nunca tuve, como dicen, la verdad es que miedo a gobernar con otros espacios políticos en la nación y la gobernación no voy a tener nunca.
Vamos a seguir gestionando de la misma manera y pudiendo hacer obras en lugares en los que todavía no hemos podido llegar.
¿Cómo verías esa conversación en caso de darse?
Eso depende de la apertura al diálogo que tengan ellos en caso de estar. Me parece que en otros momentos del país, la gobernación de Scioli no tenía diálogo directamente con intendentes que no tenían el mismo color político, te lo puede decir Alejandro Celillo, Jorge Macri, cantidad de intendentes de nuestro espacio que no tenían posibilidad de diálogo. Me parece que si el dialogo existe, nosotros con nuestro equipo y nuestros recursos podemos trabajar tranquilamente. Después será cuestión de llevarla en el día a día, de tratar de llevar adelante las soluciones de esos problemas. Nosotros somos, por ejemplo, un Hospital que es regional por lo cual para la Provincia -esté quien esté- tiene que ser un Hospital importante. Si estamos hablando de personas coherentes, que tienen sentido común y que el interés es válido y legítimo, no debería por qué haber un problema.
¿Qué sensaciones le generaron las últimas movilizaciones de apoyo?
Es la primera vez en mi vida que se me cae una lágrima cuando canto el Himno, nunca me había pasado. Cuando uno dice que ésta es una elección bisagra en la historia del país lo digo realmente convencido, creo que estamos ante un momento de la historia que va a quedar en las páginas de la historia de nuestro país. Estamos ante un riesgo importante de volver para atrás. Cuando yo me metí en política lo hice porque quiero un país mejor para mis hijos, estoy convencido de que es por acá, muy convencido. Creo que volver para atrás sería catastrófico, nosotros tenemos muchos militantes que vienen de Venezuela, que están instalados en Olavarría, que están trabajando acá y nos cuentan cómo el proceso de populismo de Venezuela terminó haciendo que hoy se hayan enterado que les están expropiando las viviendas que dejaron allá. Tenemos un espacio político que pretende ser gobierno y que dice que Maduro no es un dictador, un tipo que manda a meter preso y asesinar opositores no es un dictador, que alguien me defina qué es un dictador. Entonces es el futuro de nuestros hijos lo que está en juego.
Me pasó en el acto del “Si Se Puede” -que vinieron Mauricio, María Eugenia y el resto de los funcionarios- estar parado en el escenario y realmente tener sensaciones muy fuertes, de una emoción que hacía tiempo que no sentía. Nunca había tenido sensaciones tan fuertes en la política porque uno le pone el cuerpo a esto, le pone el alma, uno se involucra mucho, está poniendo todo, dejando de lado la familia, y la familia me está aguantando.
Obras públicas: ¿visibles o invisibles?
Galli rememoró las caminatas de 2013, 2014 y 2015. Contó que la gente le pedía “casi a gritos” que se le dé trascendencia al barrio. Ejemplificó con barrios como Villa Magdalena o Eucaliptus: “llegabas y apenas te podías dar cuenta dónde iba la calle y si había llovido quizás no podías pasar”.
En ese sentido contó que “hoy te encontrás con barrios que tienen desagüe pluvial, que no se le junta más agua en las esquinas, que tienen cordón cuneta, pavimento, cloacas, iluminación, un NIDO en el caso del Villa Magdalena, parques que no tenían, en definitiva es cambiarle la vida de la gente”.
Destacó la posibilidad del trabajo en etapas y de fortalecimiento de las raíces. “La red de cloacas, agua y gas son las raíces de la ciudad. Si no están firmes, lo de arriba se cae”.
Mucho se discute sobre el rol del Intendente, sobre si debe realizar grandes obras o cambiar la realidad de los vecinos. ¿Cree que rompió el paradigma de cómo se gestiona una ciudad?
El domingo se puede romper ese mito de que las obras que no se ven no sirven, hay que saber comunicarlas, saber militarlas. Yo he recorrido cada obra que hicimos al inicio, en el desarrollo y en el final. También pudimos demostrar que se podía tener un municipio transparente, una página de Gobierno Abierto donde los vecinos pueden acceder a toda la información que requieran.
La única obra grande que quizás quede en la memoria de mi primera gestión será la obra del Hospital. También podemos hablar del Parque Mitre, la iluminación del Parque fue algo que cada uno de los vecinos disfruta y que se está haciendo en etapas. Se está trabajando en etapas, eso también es otra de las cosas que fuimos marcando, que se podían iniciar cosas de a poco y que a paso sostenido se podían terminar.
Haber podido fortalecer las raíces de tantos lugares de la ciudad hace que la gente hoy lo valore, lo reconozca y hayan decidido priorizar la gestión antes que cualquier otra cosa. Es muy bueno hablar de obras visibles, museos, cosas que en definitiva son también buenas para la ciudad, yo siempre valore el CEMO, que se hizo en otra gestión, o el Centro Cultural San José, son cosas muy importantes, pero que en realidad el vecino lo que necesita son otras cosas.
¿Qué balance hace respecto a la infraestructura escolar?
Nos propusimos primero que no haya más goteras en las escuelas, que era una problemática de muchas escuelas de Olavarría. Después nos encontramos una realidad preocupante que fueron las letrinas y los techos de fibrocemento. Empezamos por ese camino y también demostramos que el Fondo Educativo se podía destinar a arreglar las escuelas y darles dignidad a los chicos. Hoy estamos en plena obra en la Escuela Normal, a dos cuadras de la municipalidad, y todavía tenían letrinas. Inauguramos la Escuela N° 76 del Barrio Jardín, y la directora nos decía que los chicos de primer grado tenían miedo de ir al baño porque no tenían inodoro. Son cosas que el sector docente, el que no está politizado, lo valora muchísimo, los alumnos lo valoran muchísimo.
Es gestión que termina rompiendo otro paradigma que era que el Fondo Educativo se usaba para otras cosas, que también son válidas. Las escuelas municipales son importantes, nosotros tenemos récord de inscriptos, los sueldos se pagan del Fondo Educativo, los jardines maternales, hay un montón de cosas que se hacen, pero también se podía hacer el SUM de la Escuela N° 49, se podía hacer el Jardín N° 919, se podían reabrir después de 15 años los baños de la Escuela Industrial, se podía sacar la electrificación de las paredes de la Escuela N° 80, se podía cambiar el techo de fibrocemento de la Escuela Agrotécnica.
¿Es importante Olavarría para la agenda nacional en virtud de las visitas?
Mauricio vino 5 veces siendo presidente, eso es histórico, también es un presidente que no ha parado de recorrer el país desde que asumió hasta la fecha. Olavarría pone en juego legisladores y la realidad indica que el porcentaje de votos seccionales que tiene Olavarría hace que mueva la aguja para un lado o para el otro de manera determinante. Creo que tiene que ver un poco con eso y con la importancia que tiene Olavarría a nivel país con su protagonismo. Que el 50% del cemento del país salga de Olavarría nos pone en una situación de importancia, que seamos el Partido con mayor cantidad de cabezas de ganado lo mismo, que tengamos empresas exportando, que tengamos empresas trabajando en Vaca Muerta. A cada uno de esos procesos los fuimos acompañando desde la Secretaría de Desarrollo Económico y conocemos cuál es la importancia que tiene. Somos una ciudad importante, somos un partido importante y también ha crecido.
¿Cómo resumiría su gestión?
Todo se puede resumir en lo que pasó cuando salíamos de la municipalidad recién: un muchacho se me acercó a saludarme, me dijo ´no solamente te quiero saludar, soy motomandado, quiero felicitarte y desearte suerte para lo que viene, porque sé que hiciste mucho por la ciudad´. La gente me para en la calle y en cada lugar al que vamos, nos pasó en Sierras Bayas, en la Feria del Mercado de sabores, en los Corsos, en cada lugar al que voy.
Saben que tengo buenas intenciones, me lo expresan permanentemente en las redes sociales o en los lugares en los que me encuentran, saben que soy un tipo común, que va al supermercado, que lleva a sus hijos al colegio, que juega al fútbol con sus amigos, que sigue teniendo los mismos amigos de toda la vida de la secundaria, soy un tipo que a fuerza de honestidad y trabajo ha logrado mucho por la ciudad.
Quiero seguir trabajando para que Olavarría sea una ciudad más segura, que tenga un sistema de salud cada día mejor, que tenga una educación cada día mejor y que podamos seguir continuando por este camino. Volví a Olavarría a formar mi familia porque quiero que mis hijos crezcan en esta ciudad y quiero lo mejor para la ciudad, para mis hijos y los hijos de cada uno de los olavarrienses.
Si tuviera que elegir una obra como legado de estos 4 años ¿Cuál sería?
Son muchas, son como 700 obras pero creo que la más importante va a terminar siendo la obra del Hospital. ¿La podríamos haber hecho antes? Sí. ¿La podríamos no haber hecho? Sí. La estamos haciendo y no tengo ninguna duda que en los próximos dos años la voy a terminar.
“Siempre quise ser Intendente”
Destaca siempre la figura de su padre ¿En qué lo influyó durante su crecimiento?
Cuando estaba en primer grado le dije a mi vieja que quería ser Intendente de Olavarría. Tenía 6 años y no me preguntes por qué pero siempre lo dije, siempre lo quise ser y me preparé para eso. Me fui a estudiar abogacía a Buenos Aires pensando en que me gustaba la política, no decidido a hacer política, pero siempre me gustó.
Mi viejo me marcó porque fue funcionario de línea, director, él no tenía una vinculación política con ningún espacio, pero era un convencido que había que trabajar desde el rol. Era un tipo muy honesto, incluso cuando le conté a mi mamá que iba a ser candidato a Intendente me cortó el teléfono, no me respondió nada. Me llamó como a la media hora llorando, porque mi viejo sufrió siempre los vaivenes de la política, esa inestabilidad del cargo, esa inestabilidad de la política que te da la incertidumbre. Yo el domingo me entero si sigo teniendo trabajo por 4 años más o me quedo sin laburo, la cosa es así.
Cuando volví a Olavarría a formar mi familia, me vine con el título abajo del brazo y un bebé en la panza. Me encontré con Jorge, el “negro” Larreche, que era como un hermano de mi viejo y me invitó a formar parte de un espacio que tenía que ver con Mauricio Macri. Yo había vivido la transformación de la ciudad de Buenos Aires y no lo dudé. Empecé a trabajar, a caminar y a darme cuenta que era algo que realmente me apasionaba. Trabajé mucho, caminé mucho en cada uno de los barrios, localidades, no descansaba. Trabajaba en la mañana en el estudio y a la tarde hacía campaña, o me hacía conocer casa por casa y se fue generando algo muy lindo que terminó siendo en definitiva lo que me llevó a la intendencia en 2015.