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Mauro Szeta, especial para Infoeme
En los últimos siete días, hubo dos casos con un patrón en común. Personas que idearon formas desesperadas de defenderse de los delincuentes y terminaron matando a sus seres queridos.
En Lanús, un hombre disparó desesperado contra los delincuentes que le robaban. Su mujer terminó asesinada. Lo más probable es que haya disparado él.
Y en Berisso, un caso calcado. Un hombre de 43 años decidió por su cuenta electrificar una reja de su casa, cansado de que le robaran. Su remedio fue peor a la enfermedad. Su sobrina de siete años, tocó la reja, y terminó muerta.
Es cierto que mucha gente toma decisiones desesperadas por la inseguridad, pero también es cierto que en la última semana, hubo dos casos que le dan un cachetazo a quienes deciden crear por su cuenta su propio bunker “antichorro”.
Esas jugadas personales, suelen terminar mal. Los ejemplos están a la vista.