Es comprensible que sea algo un poco tabú, como el resto de las funciones excretoras de nuestro metabolismo, al fin y al cabo, es desagradable y huelen mal.
Pero quizás no sea tan malo “dejar escapar uno”, al menos cuando estás junto a tus seres queridos. Esto es lo que señala un nuevo estudio científico que asegura que los componentes de nuestros gases pueden ayudar a combatir enfermedades y hasta prolongar la vida.
Al parecer, los gases que se expulsan pueden aumentar la longevidad. Aunque de primeras parezca una broma de mal gusto, se trata de un serio hallazgo científico que encontró una gran correlación entre estar expuesto a estos gases y un significativo aumento en la expectativa de vida de las personas.
El descubrimiento ha sorprendido a la comunidad científica. El aumento en la expectativa de vida es similar al que experimentan las personas que han cambiado sus hábitos de vida en aspectos como la dieta balanceada, la actividad física o abandonar vicios como el cigarrillo.
El responsable es el sulfuro de hidrógeno uno de los componentes de los gases intestinales. A.J Troiano, uno de los científicos, afirmó que no son los microbios los responsables del olor sino esta molécula. Al parecer este químico tiene numerosos efectos benéficos sobre el organismo.
Un estudio de la Universidad de Exeter encontró que ayudan a reducir el riesgo de cáncer, demencia, infartos, artritis y ataques al corazón. Los resultados parecen indicar que el sulfuro de hidrógeno ayuda a las células a luchar contra varias enfermedades.
Cuando las células están “estresadas” por una enfermedad, utilizan enzimas para crear sulfuro de hidrógeno de manera natural. Gracias a ello, se conservan las mitocondrias, aumenta la producción de sangre y se regula la inflamación. Esto podría explicar porqué las personas que viven en pareja tienden a vivir más tiempo que aquellos que viven solos.
Fuente: Buenanetwork / medicinanaturalmundial