La protesta desembocó en una huelga nacional que afectó a numerosas fábricas.
En Chicago las condiciones eran aún peores y frente al reclamo de los obreros las autoridades respondieron con represión en lo que terminó siendo una sangrienta manifestación de 50 mil trabajadores en la que hubo incontables muertos y heridos entre obreros y policías.
La protesta, que duró tres días, culminó con el decreto de estado de sitio y miles de obreros detenidos que fueron torturados.
La fuerza y la unión que demostraron los trabajadores hicieron que ese día fuera una bisagra en la historia laboral y fue señalado el 1º de mayo como el "Día Internacional del Trabajador" que es celebrado en todo el mundo menos en Estados Unidos y en Canadá.
Mientras tantos, en Argentina, el día del trabajador se conmemora desde fines del siglo XIX. El primer acto se realizó en 1890, en el Prado Español de Buenos Aires, y contó con la participación de numerosos movimientos obreros, integrados en su mayoría por inmigrantes alemanes, italianos, españoles y portugueses.
Con este acto se inició en el país, la tradición de recordar, cada 1º de Mayo, el "Día del trabajador" y cobró mayor importancia desde la primera presidencia de Juan Domingo Perón donde comenzaron a organizarse celebraciones multitudinarias en todo el país que continúan hasta el día de hoy, dónde organizaciones sociales, políticas y entidades gremiales realizan actos y actividades para conmemorar el 1° de mayo.