Internet, no es más que una red de computadoras y dispositivos interconectados, de los cuales, algunos son “servidores”, que, como su nombre indica, se usan para “servir” información.
Estos están configurados para ser indexados por los robots de Google y generar un lista que nos permite encontrar información con solo teclear, por ejemplo,“En qué año fue la Independencia Argentina”.
Por otra parte, para el acceso a los archivos de una página web, necesitamos un dominio (www.XXXXXXX.com) que apunte a los servidores.
Así, nosotros escribimos el dominio y el mismo sirve como puerta de acceso a los archivos de la página web que, interpretados por nuestro navegador web, dan lugar a la navegación que usamos en el día a día.
Acá aparece el concepto de profundo o “Deep web” y es la información que no surge en los motores de búsqueda. Además de redirigir nuestro rastro los dominios cambian frecuentemente. Tienen nombres terminados en onion – jejdoe444rf.onion – sería un ejemplo de dirección hidden.
¿Qué se puede encontrar?
En un típico directorio web se aprecian las categorías relacionadas a un color. En celeste, todo tipo de información poco común e increíble: Documentos confidenciales como Wikileaks, secretos de estado, casos de ovnis, experimentos con humanos, en rosa, diferente tipo de servicios, como hacking, venta de armas, drogas, tráfico de órganos y animales exóticos. Contratación de sicarios y espías, y fotos de lo más bizarro que se nos puede ocurrir.
Concluyendo...
Puedo decir que mi concepción de internet cambió para siempre después de esta experiencia. Siempre imaginé un inframundo de la Internet pero jamás a esos niveles, y sólo vi algunas pocas páginas.
Este artículo no intenta alentar que la visitan, sino más bien todo lo contrario. Sobre todo si hablamos de usuarios que no son avanzados en el uso de Internet.
Quise saciar mi curiosidad, y lo único que logré fue herir mi susceptibilidad.