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Graduado de la FIO recibió el Premio Richard Drisco 2024 por su compromiso docente

El Dr. Martín Rodríguez trabaja en la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), da clases en el Instituto Sabato, es investigador del CONICET y ha sido galardonado por la Association for Materials Protection and Performance. Una distinción internacional que lo conecta con la Facultad de Ingeniería, su cuna académica y profesional.

Jamás se hubiera imaginado que la ayudantía de Algebra y Geometría Analítica en la Facultad de Ingeniería sería apenas el puntapié inicial de ese premio internacional que acaba de recibir. “Es un honor y una alegría”, dice el Dr. Martín Rodríguez, tras reconocer en la FIO la cuna académica donde se graduó como ingeniero químico en 2001. Actualmente es jefe de la División Corrosión Básica en la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), hace docencia en el Instituto Sabato, es investigador independiente del CONICET y fue galardonado por su compromiso con la excelencia educativa.

“Sos un buen candidato”, llegó a decirle el Dr. Raúl Rebak desde su puesto en la General Electric. Ese colega y amigo suyo buscaba convencerlo de que tenía antecedentes de sobra en docencia, capacitaciones y dirección de tesis doctorales para aspirar al Premio de AMPP (Association for Materials Protection and Performance) Richard Drisko 2024 para Docentes y no se equivocó.

Interesado en la corrosión de materiales, el Dr. Rodríguez llegó a la CNEA por ser uno de los mejores lugares del país para dicha especialización. Con el título de la FIO bajo el brazo, hizo su tesis de Maestría en Ciencia y Tecnología de Materiales y de Doctorado en Ciencia y Tecnología Mención Materiales en los laboratorios de la Gerencia Materiales, del Centro Atómico Constituyentes (CAC), donde funciona el Instituto Sábato (uno de los tres institutos académicos de la CNEA).

De todos modos, su primera experiencia laboral remite a la FIO, donde fue ayudante en la cátedra que dictaba el Ing. Antonio Astesuain en 1999. “Tengo muy lindos recuerdos de esa primera experiencia docente. Al año siguiente obtuve una beca de investigación de la FIO para estudiar inhibidores de la corrosión de armaduras de hormigón” que fue el tema del trabajo final de carrera bajo la dirección de la Dra. Mirta Barbosa. “También fue mi primera experiencia en el mundo de la investigación. Sigo en contacto con Antonio y Mirta, a quiénes estoy muy agradecido por haber sido mis mentores”, destaca el profesional.

 

 

Dar respuesta

Desde 2004 dicta materias de grado y posgrado relacionadas con degradación de materiales en el Instituto Sábato y en 2008 se sumó a la CNEA como investigador del Departamento Corrosión. Tres años después inició la carrera de investigador de CONICET.

“En nuestro grupo hacemos investigación básica y aplicada, respondemos a consultas de la industria nuclear y también de otras industrias, formamos recursos humanos calificados y hacemos docencia”, explica con entusiasmo.

Lo valioso es que su tarea docente está vinculada con “los temas sobre los cuales investigo y recibo consultas de la industria. Hay una relación directa entre la academia, la industria, los desarrollos tecnológicos o respuestas que podamos brindar e incluso la comprensión de los fenómenos a nivel básico. Eso ha sido una tradición aquí en la CNEA y en el Instituto Sábato”, observa.

Aprender haciendo

La actual Gerencia Materiales de CNEA es heredera del Departamento Metalurgia que en su momento fundó el Prof. Jorge Sábato y “también heredamos ese concepto de ´aprender haciendo´”.

Por eso, a la hora de transmitir saberes en materia tecnológica, como la degradación de materiales, es importante que “la teoría esté alineada con lo que podemos ofrecerles a los alumnos en nuestros laboratorios, en trabajos prácticos formativos. Las técnicas y el equipamiento que usamos para investigaciones y servicios también están al alcance de los alumnos. Eso resulta muy motivador para los futuros ingenieros”, explica el docente premiado.

Una metodología que siempre se sostuvo, aún en tiempos de pandemia, cuando “decidimos venir a grabar los videos de cada trabajo práctico, en cuanto se habilitó el ingreso al CAC, para que los alumnos pudieran llevarse al menos algo de esa experiencia”, explica Rodríguez.

Ahora, ¿Qué rol tiene hoy la investigación? Desde su perspectiva, el objetivo es tratar de “responder preguntas que sean relevantes para la industria nuclear, que a su vez pueden tener aplicaciones en muchas otras industrias” y para eso es “importante estar en contacto con las demandas de la industria nuclear argentina”.

La posibilidad de tomarle el pulso a dichas demandas gira en torno de “recibir consultas de las centrales nucleares o de proyectos como el reactor CAREM” y es “un ciclo que, si funciona bien, se retroalimenta en forma constante: las consultas que recibimos, las investigaciones que realizamos, y la docencia. En muchos casos, son los mismos profesionales que formamos los que luego nos consultan”.

 

 

Reconocimiento y vínculos

El premio en honor a Richard Drisko se otorga a docentes en el área de degradación de materiales por AMPP (Association for Materials Protection and Performance), antes conocida como NACE (National Association of Corrosion Engineers). Es un reconocimiento que no apunta tanto a la educación académica formal si no a mentorías, tutorías y capacitaciones para la industria.

El Dr. Martín Rodríguez reconoce que la premiación resultó tan gratificante como movilizadora: “Estoy muy agradecido a todos quienes participaron en mi formación, tanto en la FIO como en el Instituto Sábato. También agradezco mucho a mis padres, a mis dos hijas, Camila y Juana, y a mi mujer, Erica, que falleció hace poco tiempo”.

Sin duda que en estos tiempos tan complejos para todos, donde el contexto no parece favorable en lo inmediato, aspira a que “sigamos apostando a la excelencia en lo que hacemos. Formo parte de un grupo en el cual trabajan personas muy capaces, muchos de ellos además de ser colegas son amigos. Espero que sigamos formando recursos humanos, investigando, enseñando lo que aprendemos, y ayudando a resolver problemas. Esa es mi expectativa”.

En esa hoja de ruta, siente que la FIO ha sido determinante tanto desde la transmisión de saberes como en la capacidad de hacer ciencia. “Mis primeras experiencias en docencia e investigación las tuve en la FIO. Mi paso por la FIO ha sido la base, el fundamento, de todo lo que he podido construir después” como docente investigador.

Por eso, “recuerdo con mucho cariño los años que pasé en la facultad y valoro mucho la formación que recibí”, tal como expone sobre el final. De hecho, sigue en contacto tanto con ex compañeros como con profesores y recibe el boletín de prensa de la FIO para “mantenerme al día con las noticias” y de algún modo siempre seguir en contacto con esa FIO que fue testigo de su despertar vocacional.

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