Sarah, una madre soltera, vive con su hija de siete años, quien recientemente perdió a su padre y vio cómo su ex pareja rehace su vida con otra mujer. Ahora están solas, enfrentando los cambios que la vida les ha impuesto. Sin embargo, todo cambia cuando un conejo blanco aparece misteriosamente en su casa. Desde ese momento, la niña, llamada Mia, comienza a comportarse de manera extraña, afirmando ser la hermana desaparecida de Sarah cuando eran pequeñas.
Esta intrigante premisa es la base de "Huye, conejo, huye", una película australiana protagonizada por Sarah Snook en su debut como actriz principal, después de su exitoso papel como Siobhan Roy en "Succession".
Bajo la dirección de Diana Reid y el guion de la reconocida escritora Hannah Kent, autora de bestsellers como "Ritos funerarios", esta película promete cautivar al público con su misterio y drama.
No es coincidencia que tres mujeres lideren esta película, al igual que ocurrió con Babadook, otra película australiana con la que comparte interesantes elementos al hablar de la maternidad y el peso que conlleva. Ambas tratan cómo pueden infiltrarse monstruos, ya sean reales o mentales, para desestabilizar la salud psicológica de las protagonistas.
En Babadook, una madre y un niño se enfrentan a una criatura que encarna sus traumas relacionados con la pérdida y la soledad. En Huye, conejo, huye, no hay un monstruo literal, pero sigue siendo aterrador. ¿Qué puede causar más horror que ver a tu hija adoptar una identidad ficticia, usar una máscara de conejo y afirmar ser tu hermana desaparecida, que ha vuelto para revelar un secreto del pasado?
La película explora constantemente la incomodidad y la incertidumbre sobre si lo que estamos presenciando es real o es producto de la mente perturbada de la protagonista, quien empezó a distorsionar la realidad debido a un trauma.
Aunque no alcanza la calidad de sus referentes como Babadook, Goodnight Mommy o El Orfanato, Huye, conejo, huye se suma a la lista del terror femenino que explora los miedos inherentes a la maternidad.
Al igual que en Relic, también se toca el tema de la herencia, ya que la madre de Sarah (interpretada por Greta Scacchi) sufre de demencia y se encuentra hospitalizada. Aunque no ofrece elementos novedosos ni una iconografía en particular, la inquietante máscara de cartulina de conejo rosa genera incomodidad y la atmósfera de la película se vuelve cada vez más opresiva y enrarecida a medida que avanza la trama, convirtiéndola en un intrigante thriller de horror gótico.