Después de 41 años, cerró Disquería Collins: el adiós a la cuadra de la música | Infoeme
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Después de 41 años, cerró Disquería Collins: el adiós a la cuadra de la música

Infoeme dialogó con José Gallicho, el olavarriense que estuvo al frente del proyecto y que llegó a miles de hogares olavarrienses con discos, cassettes y CDs. 

Por Luciana Pedernera

lpedernera@infoeme.com.ar

 

El jueves 30 de marzo, Disquería Collins cerró sus puertas al público. La emblemática cuadra de la calle Necochea al 2800, tuvo su música hasta que José Gallicho dio ese paso que venía meditando desde hacía mucho tiempo. Infoeme compartió una entrevista con el protagonista que, con discos, casetes, CDs, posters y tarjetas, le puso música a miles de hogares olavarrienses.

 

Fue una decisión hablada con mi hermana, que está lejos, y con mis hijos. Uno de ellos me dijo: ‘Lo único que no quiero es verte tirado en el sillón deprimido’ y le respondí: ‘Quédate tranquilo que eso no va a pasar’”, cuenta José.

 

Entre risas, reposando su cuerpo sobre una silla en el patio -su lugar favorito de la casa-, abrazado por un caluroso sol, plantea: “Espero estar preparado para tanto tiempo libre, sin horarios” y asegura: “Todo lo que tengo se lo debo al negocio, absolutamente todo. Todo salió de ahí”.

 

De esa historia que comenzó en diciembre de 1981 con Disquería “La Manija” a lo que con el tiempo fue Disquería “Collins”, sólo quedaron “dos remeras, 15 mochilas -que se las lleva el fabricante- y 35 CDs”.

 

Así comenzó un recorrido de cuatro décadas 

 

En diciembre de 1981, José Gallicho junto a su primo Gerardo Pagano abren Disquería “La Manija”. “No había internet, no había celulares, ni siquiera había fax, mi pedido llegaba cuando venían los viajantes, nos subíamos a la camioneta y ahí elegíamos los cassettes o los discos”, recuerda el olavarriense.  

 

A sus 17, en quinto año de escuela secundaria, José ya era un comerciante de la ciudad. Por esas cosas de la vida, decidió seguir estudiando en Mar del Plata, volvió para festejar su cumpleaños y no se fue nunca más.

 

“El 2 de enero, a  los 20 días que vine, estaba trabajando en Banco Edificadora y tenía el negocio, era un pibe de 18 años con dos trabajos, antes de ir al banco pasaba por el negocio, salía del banco, y bueno me iba al negocio, así durante seis años”, expresa ahondando en recuerdos.

 

Al dejar el banco, en simultáneo, llega una nueva propuesta. “Un proveedor que vendía posters y tarjetas no quería viajar más y me dice ‘José lo querés agarrar’, empiezo con eso y automáticamente se me agregan otros proveedores”, cuenta e insiste: “No había internet, una tarjeta para regalo de cumpleaños, casamiento, nacimiento, el evento que sea, era algo que se re vendía”.

 

Durante más de seis años, José fue proveedor, y viajaba por todos lados, pero no sólo eso, sino que además, tenía dos disquerías. “A fines del ’81 abrimos La Manija en Dorrego casi Vicente López, y en septiembre del ’82, abrí otra sobre Vicente López pegado al Hotel Santa Rosa”.

 

Este último, que luego de 10 años se mudó al espacio donde funcionó Disquería Collins hasta el 30 de marzo, estaba pensado también como un proyecto junto a su primo Gerardo, pero no fue posible. “El negocio iba a ser La Manija 2, pero al no venir Gerardo no tenía nombre y estuvo muchos años como Nueva Disquería”.

 

Fue así, que en busca de sellar la identidad de este nuevo negocio, conoció Fort Collins, una ciudad de Estados Unidos donde vivía su hermana. En este marco, decide nombrar la disquería como “FT Collins”. “Estaba abreviado la F y la T, después la gente empezó a decir Collins, y quedó así”, explica.   

 

La llegada de internet

 

José sabe que en el rubro de la música “siempre existió el otro lado, el lado ilegal” e incluso detalla que esto ocurre  “desde el cassette a la actualidad” porque “no pasaba con los discos”.

 

“Me di cuenta que contra eso no podía hacer nada, entonces, mi posición frente a eso fue darle bolilla a mi negocio, no perder energía en cosas que no iba a lograr nada”, asume.

 

Al mismo tiempo, sostiene: “A mí me costó mucho entender y convencerme de que la industria del disco, que fue multimillonaria, se dejara caer y no creara otro producto”.

 

Frente a esto último, entre risas, relata una anécdota del año 2014: “En un momento me paso que cambié el auto, llegué a casa, era de noche, llovía, pero lo fui a buscar igual, entré al garaje, empecé a investigar y no tenia para poner CD, me quería matar, era el colmo del disquero”.

 

“A partir de ahí me empecé a mentalizar, porque vendía mucha música para la gente que andaba en auto, que se iba de viaje”, cuenta y aclara: “En realidad, en el negocio, la venta de música cayó más después de la pandemia, porque incluso durante la pandemia con el negocio cerrado hice cantidad de ventas, la gente necesitaba escuchar música”.

 

El anuncio: “Voy a cerrar”

 

Disquería Collins no era sólo el local más antiguo de la cuadra, era música, vida e historia. La historia de los olavarrienses. La decisión de cerrar no fue de un día para otro, José reitera: “Me preparé para esto”. Pero, si bien él estaba preparado, sus clientes no.

 

“El lunes anterior al cierre, me llama una clienta y me dice que en esos días iba a ir a buscar unos CDs, entonces le dije: ‘Vení pronto porque no me vas a encontrar’ y le conté. La señora se largó a llorar, la tuve que consolar. Cortamos y a los 10 minutos estaba en el negocio”, cuenta.

 

Entre otra, de las múltiples anécdotas que fue cosechando en la despedida, está la historia de adolescentes, que siempre pasaban por el negocio. Sobre ellas relata: “Caen y sale el tema, les comento y se quedaron re mal, al otro día volvieron y empecé a pensar en homenajearlas, busqué posters, laminas, tenía un calendario tamaño grande con hojas de Tina Turner, ellas lo habían visto y me lo habían pedido, pero era un recuerdo muy mío. El último día se los regalé”.

 

Acerca de su decisión de cerrar, afirma que “fue de una persona que busca calidad de vida” e indica que "no tiene que ver con la situación del país”, como leyó en algún comentario por redes sociales. “Es una cuestión muy personal, por distintas cosas que me pasaron en los últimos años y decidí que sea así. Me fui campeón”, sentencia.

 

“¿Qué te dio Disquería Collins?”: “Todo”

 

Fue silencio -un inmenso silencio que se llenó con los sonidos de la calle-, ante la pregunta: “¿Qué te dio Disquería Collins?”. Con la cabeza gacha y las manos sobre sus rodillas, José pensó, buscó y encontró la respuesta. Disquería Collins le dio “todo”.

 

“No sé por dónde arrancar.  Satisfacciones imposibles de explicar. En momentos re difíciles de mi vida tenía que ir a trabajar, lloraba 10 minutos en la oficina, después abría el negocio y era otra persona”, precisa en medio de la emoción que le traen los recuerdos.

 

Agradecido con su público, tanto jóvenes como adultos, cierra: “Estoy re agradecido porque me hicieron crecer en el negocio, tuve la habilidad y la suerte de poder escucharlos”.

 

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