En la jornada del último martes, una mujer murió en un penal de José León Suárez a causa de una infección por una operación de una vesícula, pero el caso generó importante relevancia dado que estaba detenida por un aborto espontáneo.
La víctima, identificada como Patricia Solorza, tenía 40 años y murió atada en un hospital terapéutico por una infección. Era madre de un adolescente de 14 con retraso madurativo y otra niña de 8 años.
Según denunciaron los familiares de la mujer fallecida, nunca quiso decir que había quedado embarazada porque su padre “la maltrataba y golpeaba”. Había sido condenada a ocho años de prisión por “homicidio agravado”.
“Yo no fui consciente de lo que hice. Pero tengo que asumir la culpa. Para la sociedad y para el Estado soy culpable. Cuando la Justicia te dice que sos homicida tenés que asumir la culpa. Si no, la Justicia considera que no entendés lo que pasó”, había dicho tiempo atrás, luego de que su caso tomara relevancia.
Lamentablemente, vuelve a cobrar importancia pero tras su muerte: según detallaron fuentes judiciales, murió atada a una camilla y durante la operación nunca le sacaron las esposas.
La fecha de su fallecimiento, en tanto, es todo un símbolo: se cumplió un año del rechazo al proyecto de despenalización del aborto en la Cámara de Senadores, tras la histórica media sanción que había tenido en diputados.