Y la tercera fue la vencida: tras dos finales perdidas en uno de los torneos más importantes del mundo en tenis, Gustavo Fernández conquistó Wimbledon tras derrotar al japonés Shingo Kunieda 4-6, 6-3 y 6-2 y logró la gloria en lo que se transformó, además, en el tercer grand slam consecutivo.
En un partido que tuvo un comienzo adverso para el argentino, logró recuperarse a puro tenis y empuje e incluso, se impuso con claridad en el segundo y tercer set para derrotar, además, al actual número 1 del mundo en tenis adaptado.
Fue indisimulable la emoción para el argentino, hijo del ídolo olavarriense “Lobito Fernández”, hoy entrenador del "bata" en la Liga Argentina de Básquet, que de esta forma conquistó su tercer grand slam consecutivo: este año ganó el Abierto de Australia y Roland Garros.
Lo que no es poco: se transformó, justamente, en el primer tenista en silla de ruedas en ganar los tres primeros majors del año desde que se introdujo la competencia individual en los cuatro.