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Scola se lució con una emotiva carta al mundo

Luis Scola en medio de la preparación de cara a la Americup 2017 encontró tiempo de expresarse en un sensacional artículo. A pocas semanas de disputar una nueva competencia con Argentina, el capitán emocionó a propios y extraños con su carta.

La carta publicada en The Players Tribune fue escrita por el capitán argentino, Luis Scola en medio de una pretemporada con la Selección Argentina de Básquet que afrontará la Americup 2017 desde el próximo 25 de agosto.

 

El capitán nacional eligió expresarse -en inglés-, sobre algo de lo que sabe y mucho, el artículo periodístico de su autoría, hace referencia a cómo se juega al básquet en Argentina.

Luis Scola escribió la nota en una revista donde ellos, los deportistas, están invitados a explayarse sobre diversos temas. En ella varios deportistas de primer nivel mundial también han escrito su opinión en formato cara de lectores, sin embargo la de “Luifa” se encuentra cargada de emociones para los amantes del deporte de los cestos.

A continuación, parte del texto del capitán de la selección argentina: 

"Honestamente, estoy contento que Manu haya anunciado que volverá para su 16° temporada NBA. Porque ahora la gente me dejará de preguntar por eso. Creo que es seguro decir que Manu es el mejor jugador de básquet que este país haya producido. Pero esta es la verdad: cuando Manu era joven, solamente era promedio. Ni siquiera integró el seleccionado nacional juvenil. No era alto, era delgado. No era un proyecto. En el grupo de la Generación Droada, cuando empezamos a jugar juntos en 1996, Manu no era lo suficientemente bueno para integrar el primer equipo. Fue cortado a los 15 años".

"Cuando varios de nosotros nos fuimos a Europa, Manu siguió en Argentina. Jugó para Andino, antes de llegar al equipo de su ciudad en Bahía Blanca. En un principio no jugó demasiado, pero cuando saltó a la cancha, los scouts empezaron a notarlo. Eventualmente, un scout italiano lo llevó a un equipo de la segunda división: Viola Reggio Calabria. Para el momento en el que Manu volvió para jugar en el seleccionado nacional, ya era un jugador diferente. Ya no tenía problemas en ser el más flaco de la cancha. Volvió como el competidor feroz que es hoy en día".

"Pero suficiente sobre Manu, al que volveremos a ver en la NBA el año que viene. Para realmente apreciar cómo se unió la selección, tienen que entender cómo veían los argentinos al básquet en los ´90s. El básquet no era más que una alternativa para el fútbol. Se jugaba solo para variar. Hay muchísima presión cultural sobre el equipo de fútbol, las expectativas llegan al cielo. Cuando Argentina perdió la final del mundo en 2014, la gente actuó como si fuera el apocalipsis. Llegaron segundos en el mundo y no era suficiente".

"Para el básquet es completamente diferente en cuanto a las expectativas. Uno de los primeros torneos grandes que jugamos fueron los clasificatorios para Sidney 2000. No clasificamos pero estuvimos muy cerca. Y aunque no llegamos a los Juegos Olímpicos, la gente en casa nos decía que era increíble que hubiésemos llegado tan lejos. Nos recibieron con calidez. Eso explica las expectativas para el básquet en Argentina".

"Nuestra meta en ese momento era clasificarnos a los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. Eso era todo lo que queríamos. Era el logro más alto que nos podíamos imaginar. Ganar el Oro estaba fuera de cualquier pregunta. Estados Unidos había ganado cada torneo desde 1972. Aunque habíamos vencido a Estados Unidos en el 2002, sabíamos que iban a traer mayores estrellas a los Juegos Olímpicos. Iba a ser una situación diferente. Pensar en el podio ya era histórico, pero lo loco fue que Argentina hizo más que eso. Superamos lo que podíamos haber soñado. Sorprendimos al mundo".

"Es loco mirar para atrás mientras escribo esto. Soy jugador profesional de básquet desde hace 22 años. El juego me ha llevado a recorrer el mundo. Tengo muchos momentos de orgullo en la NBA, pero cuando hablo de mi carrera, el triunfo con Argentina en el 2004 se separa del resto".

"Todo cambio a principio de los 2000. Clasificamos a Atenas. Se venía la revancha con Estados Unidos. Históricamente nos habían vencido, pero me daba cuenta que habíamos ganado espacio con respecto a ellos. En el 2002 les ganamos en el Mundial de Indianapolis, siendo la primera vez que vencíamos a un equipo de Estados Unidos con jugadores NBA. Ahí me di cuenta que podíamos competir contra cualquiera en el mundo".

"No nos importaba que tuvieran a estrellas como Iverson, Duncan o Stoudemire. Sabíamos que nunca habían perdido un partido olímpico con jugadores profesionales. Pero nosotros teníamos un grupo con el que había estado jugando por una década: Manu, Nocioni, Delfino, Oberto, Pepe Sánchez, Herrmann y el resto. En el 2004 teníamos más experiencia, éramos más fuertes. No solo pensábamos que teníamos una chance de ganarles, pero juro que sabíamos que íbamos a vencerlos. Nuestra confianza estaba en otro nivel".

"Cuando precisamos que Nocioni o Manu metieran tiros importantes, lo hicieron. Nos pasamos la pelota de forma increíble. Mientras otros equipos aflojaron en los cierres contra Estados Unidos, nosotros nos fortalecimos. Dominamos el partido entero y cuando ellos hicieron su último empuje, jugamos con la misma pasión y ferocidad que mostramos al principio del encuentro".

"La pasión argentina no es algo con lo que se pueda jugar. Pregúntenle a Messi. Pregúntenle a Manu. Hablando de eso, ey Manu, ¿nos vemos en Tokio 2020? Sé que vas a estar muy viejo para entonces, pero algo me dice que vas a sorprender a todos. No sería la primera vez".

 

Fuente: Basquetplus

 

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