María Bucciarelli, una vecina de Hinojo, fue mamá de su séptimo hijo varón el pasado 28 de septiembre. El niño, llamado Jonás, podrá ser nombrado ahijado del presidente Mauricio Macri al ser el séptimo hijo varón de la familia.
La madre del recién nacido habló con Infoeme y relató: “No me lo tomé tan en serio a esto del Presidente, porque nunca pensé que me iba a pasar algo así. Todos los que me conocen me lo decían pero no le prestaba mucha atención”.
María, cuyos otros seis hijos tiene 12,12,10,9,4 y 2 años de edad, contó que “ahora sí me están ayudando con los trámites porque hay que enviar una carta y documentación. Ahora hay que esperar”.
Consultada sobre lo que implica criar siete hijos, la mujer sostuvo que “hay que tener paciencia, y a mí me sobra. Todos me preguntan cómo hago, el que lo ve de afuera le parece difícil, pero para mí no lo es”.
Vale recordad que las familias de los niños apadrinados por los presidentes argentino reciben un aporte económico por única vez y una beca escolar para que los chicos puedan completar los estudios primarios, secundarios y universitarios.
Un poco de historia
El padrinazgo presidencial se dispuso para conjurar el estigma que la tradición rural atribuía en Argentina al séptimo hijo varón: convertirse en lobizón en las noches de luna llena.
Esa superstición derivó de otra europea, según la cual el séptimo hijo, fuera varón o mujer, sería diferente de sus hermanos y tendría dones especiales, entre ellos el de la adivinación.
En 1973 un decreto de Juan Domingo Perón formalizó el padrinazgo para los varones, que un año más tarde se convirtió en Ley. Luego, por el decreto 1416/09 que firmó Cristina Fernández de Kirchner, se incluyó a las séptimas hijas mujeres.