Con un salario mínimo, que hasta agosto era de $6.810 (y sube este mes a $7.560), una familia tipo apenas cubre la mitad de lo que se considera la canasta básica. Necesita -como se ha informado esta semana- casi duplicar ese ingreso para no caer debajo de la línea de pobreza.
Hablar de la canasta básica es hablar de lo indispensable: alimentación y gastos elementales de vestimenta, movilidad y servios esenciales. Para la cobertura de esos gastos, una familia (matrimonio con dos hijos) necesitó en agosto $ 416 por día para no ser considerada pobre, según la Canasta Básica Total (CBT) elaborada por el Indec. El organismo de estadísticas volvió a difundir este indicador que había sido discontinuado tres años atrás.
El objetivo del instituto a cargo de Jorge Todesca es dar a conocer, el miércoles próximo, cuántos argentinos son pobres e indigentes. Para llegar a este indicador harán un cruce de la información sobre canasta básica alimentaria (CBA) y la CBT, con los ingresos mensuales de cada uno de los hogares relevados a través de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH).
Según la CBA, una familia compuesta por dos personas adultas y dos niños de entre 6 y 8 años necesitó $ 5175,92 por mes para cubrir los alimentos y no caer en la indigencia. Si a este monto se suma lo indispensable para comprar vestimenta, transporte, educación y salud, entre otros, la cifra asciende a $ 12.489,37.
Los números publicados por el Indec son similares a los dados a conocer por la dirección estadística de la Ciudad de Buenos Aires: una familia tipo necesitó en agosto $ 6.533 para no caer en la indigencia y para llegar a la CBT, le hicieron falta $ 12.900.
La CBA aumentó sólo un 0,5% y la CBT (freno del tarifazo por parte de la Corte Suprema mediante), lo hizo sólo un 0,2% en agosto en la comparación con julio.