Lejos quedaron las imágenes y el éxtasis de la apabullante victoria frente a Brasil de este mediodía. La lluvia incesante mojaba los abatidos rostros de los jugadores argentinos en pleno campo de juego. El try de Gran Bretaña sobre el final del primer tiempo suplementaria caló hondo. No hay consuelo que valga. El sueño de conseguir una medalla estaba latente.
El trámite del partido fue duro y difícil. No había espacios, los roces y las interrupciones cobraron protagonismo, y marcar un try se transformaba en una misión imposible. Había que aprovechar las escasas posibilidades que se presentaran. Gastón Revol tuvo en sus pies la clasificación a semifinales, pero su remate se fue a centímetros del poste. No era el día.
En tiempo regular no se sacaron ventajas. Con el inicio del suplementario, Argentina buscó por los extremos un ansiado try que nunca llegó. La tensión de las tribunas copó el campo de juego. El que cometía algún error se volvía a casa.
La fortuna, nuevamente, escogió a la otra bandera. Gran Bretaña se mantuvo impasible, con buena movilidad de pelota y con un sistema de presión asfixiante. Y así llegó al triunfo.
Una mala entrega en salida de los Pumas le facilitó la definición a Bibby. 5 a 0 y final. Todavía conmovido por lo ocurrido, Santiago Gómez Cora enfrentó los micrófonos y se enorgulleció por la labor de sus dirigidos: "Dejamos la piel, pero no alcanzó. Estos muchachos se merecen lo mejor".
Los Pumas, que ya se aseguraron un diploma, volverán a jugar mañana por el quinto puesto frente al perdedor de Sudáfrica- Australia.