De la mano del productor local César Saldain, volvió por tercera vez a nuestra ciudad el músico argentino que fue capaz de mixturar el tango en el rock. Desde el primer acorde de "Navegar" fue capaz de meterse en el público que lo esperaba expectante. El encuentro además, fue la excusa para presentar canciones de su último disco, "Próxima Vida".
El Indio Márquez -agitador por naturaleza en guitarra-, el Zurdo Alaguibe en batería y el olavarriense Leandro Chiappe en piano, son "Los Piratas" que acompañaron a Javier en un paseo que tuvo folcklore, tango y mucho rock.
"SOY 100% ATEO, GRACIAS A DIOS"
Un comentario religioso, que trajo a colación el nombramiento del Papa Francisco y la confesión -ya conocida- "soy 100% ateo, Gracias a Dios", fueron el puntapié para que el "Indio Márquez" reafirme su orgullo por Pappo; y si se nombra a Napolitano pinta una versión improvisada de "Me gusta ese tajo", que marcó fuerte la comunión entre el público y el artista que ya daba sobradas muestras de su calidad artística -arrasando con las expectativas, superándolas, claro-.
Quizás otro punto alto fue la re-versión de un clásico como "Sweet Home Alabama", adaptado a la ciudad autónoma de Buenos Aires.
Amenazó con irse del escenario, empezaron los pedidos de continuidad del espectáculo y una vez más fue Marquéz quien pidió "viajamos tantos kilómetros, si le van a pedir que vuelva, pídanselo con todo su corazón" y empezaba otro show aún más álgido y caliente.
Ya todo era disfrute, abajo y arriba del escenario
Una versión hermosamente cuidada de "Gira, gira" dió inició al primer bis, al mismo tiempo que sirvió de cortina para adelantar que -quizás- en Junio vuelvan a estar en nuestra ciudad. Ya todo era disfrute, arriba y bajo el escenario.
Entre algunas de las declaraciones que hizo durante la hora y media de show, dijo que "uno está orgulloso de ser como es" y contó también sobre la figura de su padre -quien claramente desde su muerte y en vida aún, marcó fuerte al músico- "de chico me prohibió la tele, era una persona culta. Y me obligaba a usar mejor mi tiempo, estoy orgulloso de eso".
Finalmente – y a sabiendas del final anunciado- "Quitapenas" y "Amor Gitano" fueron el cierre de una noche donde se termino con el público parado y bailando, después de haber cantado varios "hits" de la mano de uno de los artistas más importantes de la Argentina.
Entre los detalles, lo mejor fue la sensación de intimidad. Él mismo aclaró al comienzo "a la mayoría de los artistas nos encanta cantar en un lugar de diez por diez, nos sentimos cómodos, se generan climas. Es hermoso".
Fue hermoso. Y lo volverá a ser en junio. ¡Vuelva pronto, Calamaro!.