La recta final de la campaña electoral rumbo al 25 de octubre tendrá al fútbol como uno de sus ejes. Daniel Scioli sigue decidido a lograr la vuelta del público visitante antes de las elecciones presidenciales. A este fin, el actual gobernador de la provincia de Buenos Aires le encargó a su ministro de Seguridad, Alejandro Granados, un plan para implementar en los seis encuentros de la 25a fecha del torneo que se disputarán en la jurisdicción bonaerense el fin de semana del 20 de septiembre.
La prohibición al público visitante lleva algo más de dos años desde junio de 2013, tras un enfrentamiento entre la hinchada de Lanús y la policía en un partido contra Estudiantes, en La Plata, que dejó un muerto. Pese a que su secretario de deporte, Alejandro Rodríguez, desalienta esta decisión, Scioli ya mantuvo charlas informales con dirigentes de la AFA y parece decidido a llevar esta medida adelante.
La elección de la fecha no es al azar porque sería después de la jornada de los clásicos (la número 24) y con la programación de seis partidos con bajo nivel de conflicto y uno que supone un gran desafío como Independiente- Nueva Chicago.
Los otros duelos en territorio de la provincia de Buenos Aires programados para esa fecha son Banfield- Crucero del Norte, Gimnasia- Tigre, Arsenal- Olimpo, Quilmes- Colón, Sarmiento- Defensa y Justicia y Aldosivi- Huracán.
"Nosotros hace rato que estamos en condiciones de que el público visitante vuelva en Capital pero somos solidarios, sobre todo, con la provincia de Buenos Aires, que tiene inconvenientes logísticos a la hora de tener que disponer la policía los sábados y domingos", enfatizó esta mañana Sergio Berni en declaraciones a radio La Red.
El secretario de Seguridad diferenció que en el distrito autónomo puede haber "a lo sumo cuatro o cinco partidos" por fin de semana, mientras que "la provincia tiene 60", lo que dificulta el levantamiento de la prohibición.
Berni recordó que más de una vez expresó el "deseo y la voluntad" de autorizar la vuelta de los hinchas visitantes, pero "con ciertas correcciones" en relación a cómo se realizaba anteriormente.
"No puede ser de la misma manera, esa locura que se hacía antes, que iban en colectivo, todos borrachos con botellas por el camino. Se juntaba la barra y había que cuidarla, hacerle una cápsula, como si fuera un jefe de Estado", concluyó.