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“Una experiencia única”, así definieron Florencia y Marcela a los diez días intensos de trabajo en Buenos Aires que culminaron con la presentación de “Danza por la Inclusión” en el Teatro Coliseo, los días 28, 29 y 30 de marzo, 1, 2 y 3 de abril.
Días antes habían estado en La Plata, en el estudio de Iñaki Urlézaga en los dos primeros ensayos generales, que se realizaron con todo el vestuario y donde se realizaron ajustes y cambios en el vestuario.
Las chicas de la Cooperativa 403, junto con las Cooperativas “Amuyen” y “Jac”, hace meses que se encuentran trabajando en el vestuario de este proyecto inclusivo. A ellas, les tocó volver a Olavarría con la tarea de hacer nuevas mallas para bailarinas, apenas días antes del estreno.
Ya en Buenos Aires, siguieron más ensayos generales en el mismo Coliseo, con vestuario, orquesta y escenografía. Fueron elegidas cinco obras cortas para estas presentaciones: “Chopiniana”, “El Combate”, “Sylvia”, “La travista – Dúo final” y “Un lugar llamado Gaité”. La orquesta en vivo convocada fue la “Camerata San Juan”.
Los días de presentación fueron pura vorágine, con la flamante tarea de iniciarse como vestuaristas. Debían preparar las prendas para cada bailarían, retocar, enmendar, volver a planchar, coser, todo sobre la marcha.
Para las chicas, lo más estresante fueron los “cambios rápidos”, cuando en cinco minutos tuvieron que desvestir y volver a vestir a 6 bailarinas, con cambio de tocado inclusive. Detalles llamativos: para determinar el largo de los “tutú”, las bailarinas se ubican en fila y allí mismo se corta la tela para que a la vista queden todas las faldas del mismo largo. También les llamó la atención con qué desinhibición las bailarinas y los bailarines desvisten sus delgados cuerpos, tan frágiles a la vista, y tan fuertes en escena.
Por otra parte, lo distintivo de este cuerpo de baile es que excluyendo a Iñaki y los primeros bailarines, todos los demás integrantes son bailarines de todo el país que fueron seleccionados mediante castings en los que pudieron presentarse todos los interesados en participar de este proyecto.
El ciclo mostró un cuerpo de danza nacional, federal e inclusivo y es triplemente integrador al bridar oportunidades a jóvenes bailarines de realizar presentaciones en todo el país; al llevar talleres sobre danzas tradicionales, contemporáneas, clásicas y folclóricas a barrios periféricos y villas; y al disponer de un vestuario confeccionado íntegramente por cooperativas de trabajo.