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Mauro Szeta, especial para Infoeme
Hubo crímenes del asesino serial de Junín que podrían haberse evitado.
Cuando mató a Sandra Colo, el 16 de agosto de 2012, tenía que estar preso cumpliendo una condena a 3 años y 4 meses de cárcel por el asalto e intento de abuso sexual de una víctima que lo terminó delatando. Pero la Cámara Penal de la región le había dado una libertad anticipada.
Pero algo peor aún. Cuando cometió ese ataque sexual, por el cual recuperó la libertad dos meses antes del crimen de Colo, Rubén Recalde, el criminal, tenía que estar preso también. Pero lo habían soltado con salidas laborales, de otra condena a 7 años de cárcel que tenía que cumplir por otros delitos.
Es decir, primero lo soltaron antes de tiempo, y asaltó y violó. Luego lo volvieron a soltar antes de tiempo, y mató al menos dos veces, a Colo, por un lado, y a Paola Tomé, por otro. Escandaloso por donde se lo mire.